El verano del hemisferio norte ha traído durante este mes de julio y agosto temperaturas récord durante varias semanas y apenas precipitaciones, una situación que ha favorecido que numerosos países como Italia, Turquía o Argelia se vean afectados por los incendios.

La región mediterránea está afrontando durante este verano una de las mayores crisis ambientales de los últimos años debido a las temperaturas récord que registran varios países y a los incendios que se derivan de ellas y de la extrema sequía que afecta a los campos y bosques de la zona.

La Organización Meteorológica Mundial señaló que estaba estudiando si durante esta semana de agosto se habían batido los récords históricos de temperatura en el continente y puntualizó que la tendencia indica que progresivamente se irán superando estas marcas hasta llegar a sobrepasar los 50 grados.

Regiones como Sicilia, en Italia, alcanzaron los 48,8 grados de temperatura y más de media España está en alerta roja y naranja por el calor extremo que se alcanzará durante este fin de semana en la mitad sur del país. Esta organización también ha recibido máximos históricos de otros países como Túnez, aunque puede que tarde meses en confirmar los datos.

Estas altas temperaturas, sumadas a los de más de dos meses de sequía, están haciendo que los bosques de esta región sufran con virulencia la voracidad de numerosos incendios provocados por el hombre y naturales.

Grecia atravesó durante las primeras semanas de agosto un incendio histórico y ahora parece que es el sur de Italia quien está sufriendo las principales consecuencias de la climatología estival. En Calabria, las llamas parecen no dar tregua a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades italianas para contener los numerosos focos. En esta región sureña ya son más de 11.000 hectáreas las que ha devorado el fuego en las últimas horas.

Una situación que ya se lleva viviendo desde hace más tiempo en zonas como Sicilia, donde sí que han podido contener la expansión del incendio, aunque todavía queden por sofocar múltiples áreas.

El desastre ecológico en Italia es histórico y numerosas autoridades, como el primer ministro, Mario Draghi, o el presidente Sergio Mattarella, decidieron acercarse a zonas afectadas y prometieron ayudas a las personas afectadas. Miles de ciudadanos italianos han perdido millones de euros en cosechas y viviendas.

Desde Oristano, en Cerdeña, el presidente italiano señalo que “ver directamente la devastación causada por los incendios nos hace comprender la inmensa magnitud del daño causado a la vida de los municipios afectados y su territorio y el daño causado al futuro de los jóvenes. Una responsabilidad gravísima”.

La crisis ambiental afecta también a la costa africana

Pero no es solamente Europa quien está sufriendo las consecuencias de las olas de calor e incendios. En Argelia, se llegaron a declarar durante esta semana hasta 100 incendios en el norte del país.

Aunque las autoridades aseguran haber controlado desde este sábado una gran mayoría, el precio pagado ha sido muy alto. Hasta el momento se han registrado 65 fallecidos por las llamas y el humo, 25 de ellos militares, quienes son los principales encargados de evacuar las áreas afectadas y apagar los focos.

Los datos de este país africano también son devastadores. Las autoridades confirmaron hasta este sábado que más de 30.000 hectáreas fueron totalmente consumidas por las llamas. Esto es especialmente dramático en un país que apenas cuenta con masa forestal debido al Sáhara y que lo poco que tiene está en la costa mediterránea.

El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboun, señaló que la autoría de estos incendios es humana y calificó estas acciones como “terroristas” ya que apunta que los responsables fueron el Movimiento por la Autodeterminación de la Cabilia y el grupo islamista Rachad.

Ante el sobrepaso de las autoridades argelinas, España y Francia enviaron numeroso material para combatir incendios y colaboraron con varios aviones y helicópteros militares.

Esta situación se replica en otras naciones mediterráneas como Marruecos, Túnez o Turquía, donde este sábado se reportó además que uno de los aviones encargados de la extinción de las llamas se estrelló en el sureste del país. A bordo de la aeronave había ocho tripulantes que fallecieron.

Estos signos de advertencia se suman a los lanzados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos que afirma que el mes de julio fue el más caluroso a nivel global desde hace 142 años, momento en el que se iniciaron los registros.

La región mediterránea corre el riesgo de aquí a las próximas décadas de desertificarse debido al aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias durante largos periodos a causa del cambio climático.