Vaca Muerta: Pese al boom petrolero, la producción de gas está por debajo de 2019

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YPF es la compañía que más redujo la extracción del fluido. Solo dos empresas producen más que hace dos años.

Mientras que la Argentina volvió a importar gas como no sucedía desde 2018, la producción local apenas crece. El Gobierno puso un marcha un plan de estímulo al sector, pero las empresas están extrayendo menos gas que en 2018 y 2019. Las cifras son mejores que las de 2017, cuando se estaba saliendo del congelamiento tarifario.

La producción de gas de julio fue de 130,7 millones de metros cúbicos (m3) diarios. El país necesitó comprar otros 50 millones de m3 por día adicionales en los meses fríos. En julio de 2019, las empresas obtuvieron 144,4 millones de m3, un récord que no se alcanzaba desde 2006.

En cambio, la producción petrolera pasa por un momento de récords, abastecido por Vaca Muerta. Ese yacimiento también es el principal en gas, pero la actividad en ese segmento no reaccionó de la misma forma que a estímulos oficiales anteriores.

Salvo Pampa Energía y Pluspetrol, que están con una producción superior a la de 2019, el resto de las mayores empresas trabajan con volúmenes inferiores a los de hace dos años.

YPF bajó de 43,7 millones de m3 en julio de 2019 a 35,4 millones. También Total Austral, Tecpetrol y Pan American Energy (PAE), según datos compilados por Julián Rojo, economista de UBA y UTDT, experto en Energía, responsable de las investigaciones del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi”.

“La producción venía cayendo desde mediados de 2019 de manera tendencial y la pandemia aceleró la caída. Hubo 16 meses de reducción interanual de la producción”, analiza Rojo. Esa caída se cortó en junio. “La producción bajó más que la demanda en pandemia. Como consecuencia, aumentaron las importaciones de gas de Bolivia y GNL que, en los últimos 12 meses, subieron un 25%”, detalla.

“La producción de YPF fue la que más se redujo durante la pandemia: cayó 16% en los últimos doce meses y explicó el 66% de la reducción en la producción total”, observa Rojo.

El país paga alrededor de US$ 4 por millón de BTU, la unidad de medida del sector en gas, de producción nacional. En cambio, cuando importa, lo hace a US$ 8, cuando se trata de gas líquido.

El plan Gas, con estímulo por parte del Gobierno, permite a las empresas locales cubrir el abastecimiento de gas, pero no durante el invierno. Los incentivos en la administración de Mauricio Macri fueron más elevados en dinero y generaron mayor producción.

En 2019, funcionó un solo barco importador (el de Escobar), mientras que no se recurrió al de Bahía Blanca, que este año sí regresó.

En el Gobierno dicen estar satisfechos con el nivel de producción nacional. Si el país tuviera más gas, no tendría cómo sacarlo de Neuquén, ya que faltan conexiones, como gasoductos de transporte. La administración anterior puso en marcha licitaciones de esos gasoductos, pero no fueron continuadas por esta gestión.

La producción mensual de gas en julio -que suele ser el mes con mayores volúmenes- bajó de 146,6 millones de metros cúbicos en 2006 a 114,5 millones en 2014. Al mismo tiempo, se decidió una suerte de congelamiento tarifario. El país consumió cada vez más gas importado, y con mayores niveles de subsidios. Este año, las subvenciones a la energía ya superan los US$ 6.000 millones.

Tras el piso de 2014-2015, vino un repunte entre 2016 y 2019. La pandemia -en 2020- hundió la producción. En julio de 2021 mejoró 3% frente al año pasado, pero aún está por debajo de 2019. Frente a junio, el alza fue de 4,5%.

“La pandemia afectó claramente la recuperación que venía desde 2014, con una adecuación de la oferta a los menores niveles de demanda. Esto se da en el contexto del inicio de la producción no convencional en la Argentina”, sostuvo Nicolás Arceo, ex vicepresidente de Administración y Finanzas en YPF, actual consultor.

“Argentina es la segunda reserva de shale-gas en el mundo, son recursos que alcanzan para abastecer el consumo local durante casi 200 años (193 años)”, puntualizó, en un seminario organizado por CENIT, CIECTI y Fundar, que tuvo lugar el jueves.

“Si, en el marco de la transición energética, la Argentina pudiera desarrollar la mitad de estos recursos, podría generar US$ 37.500 millones en las próximas décadas en exportaciones. La exportación en sí no garantiza el desarrollo económico, pero implica la posibilidad de revertir la restricción externa (como los cepos al tipo de cambio, por la falta de divisas)”. indicó.

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