El seleccionado argentino arribó anoche a San Juan para enfrentar este martes el clásico ante Brasil por la decimocuarta fecha de Eliminatorias del Mundial de Qatar. La tormenta de viento y tierra no evitó que los hinchas se reuniesen frente al hotel para dar su apoyo al grito de “Messi campeón”. Y, finalmente, el equipo con “La Pulga” a la cabeza decidió bajar y saludar a los seguidores.

Hubo 90 policías custodiando el lugar, que colocaron las barreras de contención en la vereda ya que la gente comenzó a agolparse alrededor de las 18 con banderas que decían “Bienvenidos Argentina y Brasil” y otras con las caras de Lionel Messi y Diego Maradona.
Los cánticos “que de la mano, de Leo Messi…” y el “Brasil decime que se siente”, fueron los que marcaron el compás de una espera que se alargó bastante y por ello terminó convocando a más de 2.000 aficionados en el frente del hotel.

Pero antes de esa cena y para retribuir el cariño de los aficionados sanjuaninos, los futbolistas decidieron bajar de sus habitaciones.

Con Messi a la cabeza exhibiendo una ancha sonrisa y luego de una supervisión previa del presidente de AFA, Claudio Tapia, todos los integrantes del plantel se acercaron hasta los límites del vallado mencionado y se saludaron a corta distancia con los aficionados, en un intercambio plagado de afecto y reconocimiento de ambas partes, mientras atronaba el siempre entrañable “dale campeón, dale campeón”.

La delegación argentina llegó a San Juan con 27 futbolistas, ya que a la desafectación de los juveniles Exequiel Zeballos, Cristian Medina (Boca Juniors), Enzo Fernández, Santiago Simón (River Plate), Gastón Ávila (Rosario Central) y el juvenil arquero de Tigre, Federico Gomes Gerth, se sumó Alejandro “Papu” Gómez, que se quedó en Ezeiza tras sufrir una contusión en la rodilla derecha.

Ese inconveniente físico se le habría provocado en el entrenamiento en el predio de AFA, donde antes del viaje la selección trabajó pensando en el encuentro de mañana ante Brasil.