El grupo de hackers Anonymous se adjudicó un ataque contra el Banco Central de Rusia. En una publicación en Twitter, una cuenta que representa al grupo declaró que publicaría 35.000 archivos en 48 horas que al parecer contienen “acuerdos secretos”. La cuenta aún no demuestra que haya realizado con éxito el hackeo o que haya tenido acceso a los documentos prometidos.
El grupo de hackers atacó a muchas otras organizaciones rusas como parte de una campaña de solidaridad en apoyo de Ucrania tras la invasión del país el 24 de febrero.
Otros objetivos incluyen una empresa rusa de energía nuclear, estaciones de televisión, sitios web e incluso impresoras.
Anonymous también afirmó haber interceptado la radio militar rusa para que transmitiera el meme de la cara de troll.
El colectivo de hackers se atribuyó hasta ahora la responsabilidad de 2.500 ataques contra “el gobierno ruso y bielorruso, medios de comunicación estatales, bancos, hospitales, aeropuertos y empresas”.
JUST IN: The #Anonymous collective has hacked the Central Bank of Russia. More than 35.000 files will be released within 48 hours with secret agreements. #OpRussia pic.twitter.com/lop140ytcp
— Anonymous TV 🇺🇦 (@YourAnonTV) March 23, 2022
Los representantes le dijeron a The Independent que estas tácticas, junto con el troleo, la obtención de los números de teléfono de los objetivos para los sitios de escolta y el control de los centros de datos, son tácticas comunes, pero que “su conjetura es tan buena como la nuestra” sobre lo que podría suceder a continuación.
Además de las empresas rusas, el grupo lanzó una campaña contra las empresas internacionales que aún no retiran sus operaciones de Rusia.
Hace poco se adjudicó un ataque contra Nestlé, luego de que la compañía dijera que había suspendido todas las inversiones de capital en Rusia pero que aún operaría en el país para vender productos “esenciales”.
Rusia también se enfrenta a una recesión debido a las sanciones que han afectado a la administración de Vladimir Putin.
A principios de este mes, el rublo se desplomó hasta un 30 por ciento y la inflación subió al 20 por ciento.