Mientras los argentinos consumen cada vez menos carne vacuna, se vuelcan a sustitutos más económicos como el pollo y el cerdo, pero en ambos casos también vienen mostrando alzas más que considerables. En abril pasado la carne de pollo subió más del 10% y en la comparación interanual el incremento fue de casi el 69%.

La entidad debió recalcular la cifra tras el Censo Nacional, ya que en este guarismo utilizaban como base una población de 46,2 millones de habitantes, pero en realidad en la Argentina hoy viven 47,3 millones.

Esta nueva cifra es la más baja en la historia y marca un retroceso de alrededor del 30% en 15 años.

Los aumentos de precios fueron clave para esta caída. Según el último relevamiento de LCG  la carne vacuna fue uno de los productos que más aumentaron en la canasta básica durante mayo, con subas de alrededor del 6,4%. De confirmarse estos valores, la suba interanual del precio del producto en el mercado interno alcanza el 70%.
Más allá del acuerdo de precios cerrado por el Gobierno con los frigoríficos exportadores que vuelcan 6.000 toneladas a valores subsidiados, esto representa apenas una minúscula parte del consumo y actualmente un kilo de carne difícilmente baje de los $ 800 / $ 1.000 en promedio en las góndolas.