Luego de cuatro días de acceso interrumpido por la creciente del río, este miércoles se habilitan nuevamente las pasarelas y el mirador principal del paseo.
El circuito de la Garganta del Diablo de las Cataratas del Iguazú será rehabilitado este miércoles luego de las tareas de refacción y reparaciones en las áreas afectadas debido a la crecida extraordinaria del río en los últimos días.
“El Parque Nacional Iguazú informó que desde mañana (08/06), se encontrarán habilitados para los visitantes tanto las pasarelas como el mirador principal de este emblemático sector del Área Cataratas”, informó el Parque Nacional Iguazú en su cuenta de Twitter.
❗MAÑANA SE HABILITA EL CIRCUITO DE LA GARGANTA DEL DIABLO EN IGUAZÚ❗
✅El Parque Nacional Iguazú informó que desde mañana (08/06), se encontrarán habilitados para los visitantes tanto las pasarelas como el mirador principal de este emblemático sector del Área Cataratas. pic.twitter.com/uyTuahQ1Bq
— Parques Nacionales (@ParquesOficial) June 7, 2022
La reparación de las pasarelas afectadas por la crecida extraordinaria finalizó este martes, gracias a las tareas del personal técnico de la empresa IASA, cuyos equipos trabajaron intensamente durante cuatro jornadas para habilitar el paseo y área del mirador Garganta del Diablo, comunicaron desde la administración de Parques Nacionales de Argentina.
Al mismo tiempo, recordaron a los visitantes sobre la importancia de “no alimentar a las especies nativas que habitan en el área protegida, para contribuir entre todos y todas a la conservación del parque, un Sitio que fue distinguido como Patrimonio Mundial por la UNESCO”.
Suspensión del acceso al público por la creciente del río Iguazú
El paseo peatonal hacia el mirador de la Garganta del Diablo fue cerrado hace cuatro días a raíz de las correntadas por las fuertes lluvias en el noreste argentino y el sur de Brasil.
La medida de seguridad se tomó cuando el caudal de agua llegó a los 12.000 metros cúbicos por segundo. El río Iguazú, que alimenta las Cataratas, tiene normalmente entre 1.500 y 2.000 metros cúbicos por segundo de caudal.
En 2014, una crecida mayor a la actual destruyó grandes tramos de las pasarelas, que fueron reconstruidas sobre estructuras de acero.
La fuerza de la caída de agua había obligado también a suspender los paseos náuticos en lanchas que llevan a los turistas al pie de los mayores saltos a través de un curso fluvial.