El acceso al jardín de infantes en la Argentina sigue por detrás de 11 países de la región

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Surge de un nuevo informe con datos oficiales. Si bien hubo un aumento de la matrícula en la última década, todavía muchos chicos quedan afuera.

El acceso al jardín de infantes sigue siendo una cuenta pendiente en la Argentina. Si bien el número de niños que concurre al nivel inicial aumentó en la última década, la tasa de inclusión continúa lejos de los países de mayor cobertura en la región.

En concreto, la matrícula de los jardines de infantes sumado a los jardines maternales creció un 16,4% entre 2010 y 2020. Pasó de 1.553.418 a 1.807.986 niños considerando ambos segmentos educativos. No obstante, la Argentina está por debajo de países de la región como Uruguay, Brasil y Chile.

Los datos surgen del último informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, basado en los Anuarios Estadísticos de 2010 y 2020 del Ministerio de Educación. Sus autores elaboraron un ranking en el que Argentina se ubica apenas por encima del promedio de Latinoamérica y el Caribe y detrás de once países.

En la comparación internacional, la tasa bruta de matrícula en educación pre-primaria argentina del 2020 marcó un índice del 77,8%, lo que la lleva a ocupar el puesto número 12 en el ranking de las 30 naciones de América latina y el Caribe. Está justo por encima del promedio de la región, que corresponde al 77,5 por ciento, de acuerdo con la CEPAL.

De hecho, países como Costa Rica, Cuba, Uruguay y Brasil presentan tasas superiores al 95%, en tanto que Chile está por encima del 80 por ciento. En cambio, en el otro extremo, naciones como Guatemala, Honduras y Panamá se encuentran por debajo del 50%.

“Argentina es un país federal con notables diferencias en cada una de las jurisdicciones. Por un lado, cabe diferenciar lo que refiere a la cobertura de 0 a 2 años -ciclo maternal-, en la que existe menor cobertura dada la carencia de instituciones que contemplen esta franja etárea, y por otro el acceso a las salas de 3 a 5 años, donde se observa acceso muy desigual según cada jurisdicción”, explicó a Infobae Cristina Tacchi, vicepresidenta de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) comité argentino.

Según Tacchi, si bien la legislación promueve y alienta la creación y acceso a jardines de infantes, todavía no se logró cumplir con la meta de incluir a todos los chicos a las dos salas de preescolar obligatorias, tanto la de 5 como la de 4. “Además sigue representando un gran desafío y deuda garantizar el acceso a la educación de los niños y las niñas menores de 3 años, para lo cual se hace necesario poner a las infancias primero en la agenda de las políticas públicas”, agregó.

De acuerdo con los registros nacionales de los últimos 25 años, la sala de 5 está cerca de universalizarse, la cobertura de la sala de 4 se amplió llegando al 87%, pero la de 3 recién alcanza al 45% de los chicos. En las salas maternales, el crecimiento fue aún más marginal y son los niños más vulnerables los que suelen quedar afuera.

A nivel mundial, la tasa de inscripción de niños de 3 a 5 años de edad en nivel pre-primario coloca a la Argentina en el 30º puesto de una lista de los 42 países que estudia la OCDE, con una tasa similar del 77 por ciento, quedando por debajo del promedio, que alcanza el 83 por ciento. Dicho ranking es liderado por Francia e Israel, con tasas del 100 y el 99 por ciento, respectivamente. Incluso 19 de los países mencionados cuentan con tasas por encima del 90 por ciento.

“Hay una tendencia positiva hacia una mayor inclusión de los niños en el nivel educativo inicial en la Argentina. Según la UNESCO, se trata de una de las mejores inversiones que un país puede emprender para el desarrollo de sus recursos humanos, la igualdad entre los sexos y la cohesión social, y también para reducir el costo de los posteriores programas de recuperación”, indica Alieto Guadagni, director del CEA de la Universidad de Belgrano.

No obstante, insistió Guadagni, la Argentina debe redoblar esfuerzos para conseguir mejores tasas de acceso y posicionarse más alto en el ranking de la región. “Al mismo tiempo, debemos avanzar hacia una reducción en las diferencias de crecimiento observadas entre nuestras provincias, para que los beneficios de una mayor inclusión en la educación infantil se expandan por todo el territorio”, planteó.

Tanto en el nivel inicial como en el maternal, el sector privado tiene una participación más grande que la que posee en primaria y secundaria. Eso lleva a que muchos chicos pobres queden fuera de la oferta educativa. Según los datos oficiales, en este momento el ministerio de Educación nacional tiene en ejecución y proceso de licitación más de 350 obras en jardines de infantes con una inversión de más de 22 mil millones de pesos para ampliar el acceso.

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