Avances de la reactivación del Oleoducto Trasandino

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Si bien los trabajos están encaminados del lado argentino, no se avanzó al mismo ritmo del otro lado de Los Andes. El objetivo es reanudar las exportaciones en el primer trimestre del año que viene.

Los casi 17 años que transcurrieron desde que en febrero de 2006 dejó de fluir petróleo por el Oleoducto Trasandino le están pasando factura a las autoridades de la empresa encargadas de su reacondicionamiento de cara a retomar las exportaciones en el primer trimestre del año que viene.

Es que si bien se esperaba que en el interior del ducto de 427 kilómetros de extensión se hubieran depositado importantes residuos, propios de las operaciones discontinuadas, las herramientas de limpieza se toparon con una cantidad inesperada de suciedad, que al día de hoy aún está siendo removida.

Hace tres semanas se introdujo desde la base del Oleoducto Trasandino (OTASA) en Rincón de los Sauces, la segunda herramienta de control del ducto.

Se trata del denominado Scraper, un “chancho” inteligente que no solo cumple con la función de remover parte de la suciedad que haya quedado en la línea durante su trayecto, sino que está especialmente diseñado para aportar información fina sobre la integridad del ducto en sí.

El dispositivo inteligente permite realizar una suerte de radiografía del estado de la cañería, para determinar fehacientemente si en alguna parte del recorrido el ducto perdió espesor y podría sufrir una rotura al tener la presión de la carga del crudo.

Según pudo averiguar Energía On, los trabajos del Scraper no han podido llegar aún a la totalidad de la línea ante la gran cantidad de suciedad que aún resta retirar del lado chileno del ducto.

Sucede que para realizar la limpieza del ducto uno de los pasos necesarios es retirar toda el agua que se inyectó en la línea en un primer momento. Pero, pese a lo esperado, se registraron algunos inconvenientes para tratar esas aguas del lado chileno.

Pese a esto, está previsto que durante esta semana se tenga el informe preliminar sobre el primer tramo del ducto. Se trata del segmento que va desde la cabecera en el área Puesto Hernández, en Rincón de los Sauces, hasta el kilómetro 201, en lo que sería el límite con Chile.

En este segmento los trabajos sí lograron avanzar, y la empresa podrá tener la primera radiografía del estado de las cañerías.

Con este estudio, la firma deberá proceder a realizar los trabajos de reparación necesarios para garantizar la integridad del sistema que el gobierno neuquino e YPF esperan que esté en condiciones de volver a funcionar entre fines de febrero y principios de marzo del año que viene.

Exportar convencional y shale oil
Los trabajos de limpieza del oleoducto a Chile comenzaron a principios de septiembre cuando se detectó en el primer viaje una gran cantidad de depósitos de suciedad.

Desde entonces a la fecha, las tareas continúan para reactivar la línea con la que se espera que en un primer momento fluya en petróleo convencional de la zona norte de Neuquén pero que luego se sume parte del crudo de Vaca Muerta con la puesta en marcha de la obra del oleoducto Vaca Muerta Norte que encara YPF.

La reactivación de la línea de exportación contempla una carga mínima, necesaria para garantizar que el petróleo pueda fluir ante las inclemencias de la cordillera de Los Andes, de 50.000 barriles por día.

Sin embargo, desde las empresas que conforman OTASA (YPF, Chevron y la chilena ENAP), se apuesta a que tras la puesta en marcha del oleoducto Vaca Muerta Norte, la red a Chile pueda funcionar al máximo de su capacidad de poco más de 107.000 barriles por día.

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