Entró en rigor el decreto de Putin sobre el veto a la venta de crudo

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La prohibición, que permite a Putin excluir de la medida determinados suministros, regirá hasta el próximo 1 de julio de este año.

 

La prohibición decretada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, de exportar petróleo a destinatarios que se atengan al precio tope impuesto al crudo ruso por parte de los países del G7, la Unión Europea (UE) y Australia como sanción por la campaña militar rusa en Ucrania entró hoy en vigor.

Según el decreto, el suministro de petróleo y productos petrolíferos rusos está prohibido “a personas físicas y jurídicas extranjeras, siempre que los contratos para estos suministros prevean directa o indirectamente el uso de un mecanismo de límite de precios”. En este caso, la prohibición se aplicará en todas las etapas del suministro al comprador final.

La prohibición de suministro de petróleo estará en vigor del 1 de febrero al 1 de julio de 2023. El gobierno ruso determinará la duración de la prohibición del suministro de productos derivados del petróleo. Al mismo tiempo, se pueden hacer excepciones al suministro de petróleo y productos derivados del petróleo rusos sobre la base de una “decisión especial” del presidente de Rusia.

Putin firmó un decreto sobre medidas de represalia al techo del precio del petróleo el 27 de diciembre de 2022.

A principios de diciembre entró en vigor en los países de la Unión Europea un embargo parcial a las importaciones de petróleo de Rusia. Simultáneamente a la prohibición del transporte en camiones cisterna, el 5 de diciembre, la Unión Europea introdujo un tope a los precios del petróleo de Rusia. Esta medida está prevista en el octavo paquete de sanciones contra Rusia, aprobado a principios de octubre.

Como parte de la iniciativa, las empresas europeas tienen prohibido asegurar y transportar materias primas desde la Federación Rusa por mar a terceros países a un precio superior a 60 dólares por barril.

 

La disposición presidencial obliga a los exportadores rusos de crudo a rechazar los contratos con personas jurídicas o físicas extranjeras que contengan un mecanismo que fije, directa o indirectamente, un precio máximo en cualquiera de las etapas de los suministros hasta el comprador final.

Un veto similar, que entrará en vigor en una fecha aún por precisar por el Gobierno, se ha impuesto a las exportaciones de derivados de crudo. Sin embargo, diversos analistas han apuntado que estas prohibiciones no tendrán ningún impacto, porque el petróleo ruso se negocia a precios por debajo del tope.

El Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), la UE y Australia acordaron en diciembre pasado imponer un precio tope de 60 dólares al barril de petróleo ruso para reducir los ingresos de Moscú y su “capacidad para hacer la guerra en Ucrania”, como declaró en su momento la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El techo de precio se aplicará también a los derivados de crudo rusos desde el próximo día 5, aunque aún no se han precisado los parámetros de la medida.

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