La apertura de sobres para conocer a las empresas interesadas en ejecutar la obra de infraestructura eléctrica para Senillosa se realizó esta semana en un acto encabezado por el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y se desarrolló en la Sala Laffitte de Casa de Gobierno.
La obra, para cuya ejecución se presentaron tres ofertas, tiene un plazo de un año y un presupuesto oficial de más de 100 millones de pesos. Esta readecuación y ampliación del sistema eléctrico beneficiará de forma directa a más de 11 mil habitantes, a los que se suma la población comprendida en la reubicación de la cárcel. Con su construcción, se multiplicará por cuatro la potencia disponible en la localidad, dando una proyección de 20 años para abastecer la demanda.
La licitación pública se denominó “Ampliación de la capacidad de suministro de energía eléctrica a la localidad de Senillosa, línea 33 kilovoltios, subestación transformadora 33/13,2 kilovoltios-10 megavoltios amperes y readecuación del sistema de 13,2 kilovoltios, Senillosa, provincia del Neuquén”.
“Es una obra fundamental para el desarrollo estructural y estratégico de Senillosa y de la Confluencia”, dijo el gobernador al iniciar su discurso y recordó que “ayer comenzaba a hacerse realidad también otro gran sueño y otra gran necesidad, como es la electrificación del parque industrial y el desarrollo urbano de Añelo, el centro de Vaca Muerta”.
“Esta obra de un año de ejecución va a permitir tener la energía en cantidad y calidad que Senillosa necesita en su proyección y en su crecimiento demográfico, poblacional, comercial y en su parque industrial, para los próximos 20 o 25 años”, aseguró el gobernador.
Con la nueva potencia disponible se podrá abastecer al crecimiento vegetativo de la localidad y principalmente el actual impacto, debido en mayor medida al traslado de la cárcel U9 de Neuquén capital a esta ciudad con una población estimada de 2.800 personas, entre personal e internos.
Por su ubicación estratégica y la inminente finalización de la ampliación de la ruta nacional Nº 22, Senillosa se convierte en un polo industrial al servicio de la actividad hidrocarburífera, centrada principalmente en la extracción de no convencionales, promoviendo la instalación de empresas de servicios petroleros en el parque industrial.