La energética estatal argentina YPF (YPFD.BA) y la malasia Petronas esperan tomar una decisión final el próximo año sobre si invertir en la primera fase de un enorme proyecto de gas natural de 60.000 millones de dólares en Argentina.
El proyecto de cinco fases para integrar la producción, el almacenamiento, el transporte por gasoducto y la licuefacción de gas es clave para que el país sudamericano monetice sus vastas reservas y se convierta en un exportador de gas natural licuado (GNL).
Una delegación de técnicos de Petronas viajó a Argentina en febrero para planificar el proyecto. Se espera que su primera fase requiera una inversión de $ 5-6 mil millones para construir instalaciones capaces de producir hasta 5 millones de toneladas métricas por año de GNL.
Las plataformas de perforación podrían importarse para la parte upstream del proyecto de gas mientras Argentina lucha por asegurar equipos especializados, declaró a los periodistas el presidente ejecutivo de YPF, Pablo Iuliano, en la conferencia CERAWeek en Houston.
Por otra parte, YPF también espera tomar una decisión final de inversión este año para un proyecto de midstream petrolero que integra un oleoducto desde la región de Vaca Muerta junto con una terminal y una monoboya para dar servicio a superpetroleros para exportaciones, señaló Iuliano. Si la decisión es afirmativa, la construcción podría comenzar entre fines de 2023 y principios de 2024.
El proyecto de gas con Petronas, la terminal petrolera y un gasoducto bifásico que conecta Vaca Muerta con la región norte del país son necesarios para impulsar la producción y exportación de petróleo y gas de Argentina.
La construcción de la primera fase del gasoducto está programada para completarse en junio, mientras que se espera una licitación para la segunda fase en el segundo trimestre, ya que el gobierno inicia conversaciones con fondos de Arabia Saudita y China para asegurar el financiamiento bancario, indicó la secretaria de energía de Argentina, Flavia Royon, en Houston.
Argentina se asienta sobre una de las reservas de gas de esquisto más grandes del mundo, pero la nación con problemas de liquidez aún debe importar combustible para generar electricidad. Su déficit energético el año pasado se estimó en unos 5.000 millones de dólares.
Los productores de petróleo y gas están esperando que el gobierno envíe proyectos de ley para promover la producción de GNL e hidrógeno al Congreso, lo que sucederá este mes, agregó Royon.
La ley de gas propuesta, que se esperaba que fuera debatida por los legisladores a principios de este año, alentaría la construcción de plantas de GNL e infraestructura relacionada.
“Vemos esa ley como un muy buen primer paso (para crear) condiciones en el futuro para otros negocios”, aseguró Iuliano. “Es absolutamente necesario”.
Se espera que el proyecto de ley incluya medidas para asegurar la estabilidad fiscal, el acceso a los mercados de divisas y permisos para que las empresas puedan invertir en proyectos de gas y GNL a largo plazo, puntualizó.