En Francia, el rechazo a la reforma de las pensiones continúa aunque en el Senado pasó el punto para elevar dos años la edad de jubilación. Los sindicatos siguen presionando con huelgas en sectores clave que se teme, pueden llegar al punto de paralizar el país.

Los manifestantes volvieron a tomar las calles de Francia el miércoles para denunciar la propuesta del presidente Emmanuel Macron de elevar la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años.

Los sindicatos convocaron huelgas continuas e indefinidas en un intento por detener el país.

Los conductores de tren y metro, los trabajadores de las refinerías y los recolectores de basura franceses continuaron su huelga por segundo día consecutivo en lo que los sindicatos ven como la mayor demostración de fuerza contra los cambios planeados desde el comienzo del movimiento en enero.

Unos 1,2 millones de personas participaron en las protestas del martes.

Multitudes de personas marcharon en la ciudad portuaria de Marsella en el Día Internacional de la Mujer junto al líder del partido Unbowed de Francia, Jean-Luc Melenchon, quien dijo que las mujeres serán las que más se sacrificarán si se aprueban las reformas.

Las activistas feministas ven la reforma de pensiones como injusta para las mujeres, especialmente porque dicen que profundizaría aún más las desigualdades de género.

Las fuertes interrupciones ferroviarias continuaron en París, pero según la compañía ferroviaria SNCF, había más trenes circulando el miércoles en comparación con el martes, cuando solo uno de cada cinco trenes de alta velocidad circulaba, en comparación con uno de cada tres al día siguiente.

Los viajeros también se quejaron de las interrupciones en Lyon: “Estaba con mi hija, tengo que volver a Annecy, mi hija a Montpellier, así que ahí tienes, trenes cancelados. Tuvimos que cancelar nuestros trenes, pagar los boletos nuevamente, reembolso, por supuesto, tuvimos que esperar, así que ahí lo tienen, fue una pesadilla”, dijo un viajero.

Los trenes a España también se detuvieron y algunas cancelaciones afectaron los servicios desde y hacia el Reino Unido y Bélgica.

Una quinta parte de los vuelos también fueron cancelados en el aeropuerto Charles de Gaulle de París y alrededor de un tercio en el aeropuerto de Orly.

Los envíos de petróleo en el país se detuvieron por segundo día consecutivo en medio de huelgas en las refinerías de TotalEnergies y Esso ExxonMobil, según el sindicato CGT.

De todos modos, Macron prometió seguir adelante con el proyecto de ley, que presenta como clave para sus políticas económicas favorables a las empresas.

El jueves, las organizaciones juveniles que representan a los estudiantes que aún no  ingresaron a la fuerza laboral buscan movilizar a los jóvenes para que salgan a las calles y compartan sus preocupaciones sobre los derechos de jubilación.

Si bien la medida tiene buenas posibilidades de obtener la aprobación del Senado, los sindicatos esperan que las huelgas y las protestas obliguen al gobierno a hacer concesiones a medida que el proyecto de ley continúa su camino a través del complejo proceso legislativo.

“Somos conscientes de que el esfuerzo que se requiere de los franceses no obtiene el apoyo de una mayoría”, dijo el miércoles el portavoz del gobierno Olivier Véran. “Pero estamos convencidos de que las alternativas, subir los impuestos, aumentar la deuda (estatal), reducir las pensiones, no ganar más el apoyo de la opinión pública”.

Las encuestas de opinión sugieren consistentemente que la mayoría de los votantes franceses se oponen al plan de pensiones.

Las conversaciones en la cámara alta del parlamento francés están programadas para durar hasta el final de la semana.