Reprobó a una alumna, la familia le dio una paliza y la ART no le cubre un tratamiento

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 “Hice lo que tenía que hacer: no acepté cosas que están mal. Estoy en paz”, se mostró convencida Morotí Arocena, una docente de la Escuela Secundaria N° 7 de Necochea que recibió una paliza de parte de la familia de una alumna reprobada.

El hecho ocurrió el 15 de marzo pasado y, según la profesora de Ciencias Políticas, en principio no recibió el acompañamiento de directivos de la misma institución educativa, ni tampoco de autoridades provinciales bonaerense y de Necochea, e incluso la ART no le quiere cubrir uno de los tratamientos que necesita.

La agresión se disparó luego de la mesa de exámenes, cuando una alumna de quinto año entregó el escrito sin avances, no rindió bien la instancia oral, fue reprobada y no logró pasar de año.

“El examen era el mismo que sus compañeros dieron en diciembre y febrero, a los que ella no se presentó”, aseguró Arocena en declaraciones a Clarín.

Y añadió: “Pensé que tenía que estar presente otra persona conmigo y le avisé a la preceptora. Pero no lo hice hasta que pasó media hora del examen y noté que esta chica no había respondido ni una sola pregunta”.

“Cuando terminó, salió y evaluamos. Puse en consideración el recorrido, y ella no había hecho nada en todo el año. Cuando le dimos la devolución, se puso a llorar”, explicó la docente.

“‘Profe, no me haga esto’, me decía. ‘No, Agostina, yo no te lo hago. Son contenidos elementales que no estudiaste, no aprendiste’, le dije. Hicimos pasar a la mamá, que también empieza a llorar y me dice que ya había comprado la campera de sexto año, que su hija tenía que pasar a 6° año porque ya la había pagado”, recordó.

Afuera del aula la esperaba también el hermano de la alumna, quien intimidó a la docente: “¿Mi hermana está en sexto?”.

Pero no se quedó en eso, ya que luego interceptó a la profesora cuando se iba de la escuela y le arrojó una botella que la mujer alcanzó a esquivar, la persiguió en un pasillo y, junto con la madre, la agarraron del pelo y, le dieron una paliza.

“Me pegaron patadas en el piso como a un perro y no estaban dispuestos a parar”, remarcó Arocena.

La profesora se salvó porque empezó a gritar, la escucharon otros estudiantes que estaban en el colegio y fueron a socorrerla. “Forra, hija de puta, de todo decían. Me los sacan de encima, porque no paraban de pegar, para ellos era todo o nada”, explicó.

Al otro día, pese a la denuncia en la comisaría, hubo clases “como si nada hubiera pasado”  ya que los directivos resolvieron que se siguiera la jornada educativa de manera normal, según la víctima.

Ella se quedó en su casa para cumplir con los días de reposo que le prescribió el médico. Y ahí volvió a convertirse en víctima. “Cómo queda una después de semejante agresión: mal, estoy angustiada, con miedo, y mucha incertidumbre sobre cómo seguir mi vida profesional, pero lo peor es que para la ART no hay estrés postraumático y rechaza darme tratamiento psicológico”, denunció.

Finalmente, la Justicia emitió una orden de restricción de acercamiento para la familia que agredió a Arocena quien, por el momento, no podrá volver a las aulas hasta que no tenga el alta definitiva.

La alumna reprobada fue trasladada a una escuela vecina, lindera con otra donde Arocena es profesora.

La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires no se expresó sobre el caso y la directora distrital de Educación de Necochea, Soledad Moreno, renunció una semana después de la agresión.

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