La transportadora argentina de gas TGS está evaluando nuevos proyectos en la formación de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta y planea utilizar parte de su caja de 112.000 millones de pesos (US$491 millones) para financiar sus iniciativas, indicó la empresa en una teleconferencia sobre los resultados del primer trimestre de 2023.

Se trata de Transportadora de Gas del Sur (TGS), cuyo accionista principal es Compañía de Inversiones de Energía S.A. (CIESA), que posee el 51% del capital mientras que el resto cotiza en las Bolsas de Comercio de Buenos Aires y Nueva York.

Por su parte, el control de CIESA se encuentra ejercido conjuntamente y en partes iguales por Pampa Energía y el Grupo Inversor Petroquímica (GIP) y PCT en forma directa e indirecta a través de PEPCA.

En medio de los controles de capital que restringen el pago de dividendos en el exterior, las empresas argentinas, incluidas las de los sectores de hidrocarburos y electricidad, han estado acumulando y reinvirtiendo activos en pesos.

“Mantenemos un cómodo nivel de posición de caja que nos da suficiente liquidez para seguir invirtiendo en nuestro negocio midstream en Vaca Muerta”, señaló Alejandro Basso, director general de finanzas de TGS.

Basso agregó que solicitar una autorización especial para el pago de dividendos no estaba en las cartas, “considerando todos los proyectos que tenemos en marcha”.

Los actores del segmento upstream de gas de la cuenca neuquina firmaron contratos de extensión de sus compromisos de suministro —y expansión de producción— vinculados al programa de incentivos Plan Gas y a la primera fase del gasoducto de Vaca Muerta, sistema troncal que está en plena construcción que requerirá llenar su capacidad.

Haciéndose eco de comentarios anteriores, Basso indicó: “Nuestro plan de inversión en midstream en Vaca Muerta, junto con la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner [Vaca Muerta] y la extensión de los plazos y volúmenes del Plan Gas 4, serán fundamentales para nuestro crecimiento continuo en el negocio midstream en Vaca Muerta, así como para otros proyectos complejos que actualmente se encuentran en evaluación”.

La primera fase del gasoducto de Vaca Muerta, diseñado para aliviar los cuellos de botella para evacuar la producción y reducir la dependencia de importaciones costosas, particularmente de GNL, entrará en servicio en julio.

Mientras tanto, TGS desplegará US$270 millones en inversión para ampliar en 13 millones de metros cúbicos diarios (Mm3/d) su planta de acondicionamiento de gas en Tratayén, lo que elevará la capacidad a 28Mm3/d hacia mediados del próximo año. Las autoridades estiman que este año, al menos, los flujos de caja se utilizarán para financiar la obra.

“Cabe mencionar que estas ampliaciones consistirán en la instalación de dos nuevos módulos, que podrían convertirse para extraer GLP, considerando nuestra intención de comenzar a prestar servicios de procesamiento a los productores de gas en Tratayén”, indicó Basso.

En cuanto a otros importantes proyectos midstream de gas que Argentina tiene en carpeta, la estatal Energía Argentina está preparando las bases de licitación para los trabajos de inversión de flujo y construcción de tuberías para el Gasoducto Norte. Las autoridades también están planificando una licitación para la segunda fase del gasoducto de Vaca Muerta, obra que probablemente requerirá inyección de efectivo del sector privado.

Energía Argentina tiene previsto ofrecer al sector privado un contrato asociado de operación y mantenimiento de ductos. TGS y la transportadora TGN se posicionan como las dos empresas con la capacidad y experiencia requeridas.

Por otra parte, TGS contrató ingenieros para que realicen los estudios económicos de una planta de GNL modular. TGS y la empresa de logística estadounidense Excelerate Energy anunciaron planes para construir una planta de licuefacción modular en Bahía Blanca, en la costa de la provincia de Buenos Aires. Para destrabar la inversión probablemente se necesitará un marco regulatorio asociado y garantías de flujo constante de gas.

TGS registró una utilidad neta de 5.663 millones de pesos en el primer trimestre de 2023, inferior a los 16.748 millones de pesos del 1T22, lo que obedeció principalmente a una caída en los precios de referencia internacionales del GLP y la gasolina natural, así como por al efecto de la inflación, que creció a un ritmo mayor que las alzas de tarifas de transporte de gas.