Los combustibles fósiles y su foco en la participación global

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El informe anual de la organización global REN21 cuestionó que quince países del G20 no tienen objetivos de energía renovable.

La participación de los combustibles fósiles en la matriz energética global es tan alta como hace diez años, y en lugar de estimular la transformación, los paquetes de estímulo pandémico proporcionaron seis veces más inversión en hidrocarburos que en energías renovables, de acuerdo al informe anual de la organización global REN21.

El reporte de la comunidad global de energía renovable que nuclea actores de la ciencia, los gobiernos, las Gs y la industria del sector, también cuestionó que en este complejo panorama de transición energética y cambio climático que atraviesa el planeta, quince países del G20 no tienen objetivos de energía renovable

“Por primera vez, el número de países con políticas que apoyan las energías renovables no aumentó en comparación con el año anterior”, destacó el informe en el que se aseguró que “la proporción de energías renovables ha aumentado solo moderadamente cada año”.

Esto se debe “al aumento de la demanda mundial de energía, el consumo continuo y la inversión en nuevos combustibles fósiles y la disminución del uso tradicional de biomasa que llevó a una transición a los combustibles fósiles”, agregó.

No obstante, casi toda la nueva capacidad de energía es renovable, ya que se agregaron más de 256 GW a nivel mundial en 2020, superando el récord anterior en casi un 30%.

En cada vez más regiones, incluidas partes de China, la Unión Europea (UE), la India y los EEUU, “es más barato construir nuevas plantas fotovoltaicas o eólicas que hacer funcionar las centrales eléctricas de carbón existentes. Este progreso podría y debería repetirse en todos los demás sectores”.

“La transición a la energía renovable está ganando ritmo porque tiene sentido comercial y ambiental. La electricidad renovable ya está creando millones de puestos de trabajo, ahorrando dinero a las empresas y brindando acceso a la energía a millones de personas. Pero las empresas y los gobiernos deben ir más rápido, no solo por el medio ambiente, sino también para seguir siendo competitivos en una economía del Siglo XXI impulsada por energías renovables”, se enfatizó

A pesar de esta ventaja comercial y económica, entre las principales conclusiones del informe se resaltó que la participación de los combustibles fósiles en la combinación energética total es tan alta como hace diez años, ya que era de 80,3% hace una década frente al 80,2% actual.

En ese contexto, se llama la atención que “quince países del G20 -el grupo de naciones de mayor responsabilidad por las emisiones de CO2- no tienen objetivos de energía renovable y algunos de ellos apenas los han cumplido o incluso han perdido sus ya poco ambiciosos objetivos”.

A un año y medio de la crisis sanitaria y sus consecuencias en la demanda energética, REN señaló que “en lugar de estimular la transformación, los paquetes de estímulo pandémico han proporcionado seis veces más inversión en combustibles fósiles que en energías renovables”.

“2020 podría haber sido un cambio de juego: los beneficios de las energías renovables en términos de salud, clima y creación de empleo son indiscutibles”, se resaltó.

El Informe de estado global de renovables 2021 de REN21 publicado insistió en que “no se está ni cerca del cambio de paradigma necesario hacia un futuro energético limpio, más saludable y más equitativo”.

“Estamos despertando a la amarga realidad de que las promesas de la política climática durante los últimos diez años han sido en su mayoría palabras vacías. La participación de los combustibles fósiles en el consumo de energía final no se ha movido ni una pulgada “, dice Rana Adib, directora ejecutiva de REN21.

En esa misma línea, la directiva enfatizó: “Eliminarlos gradualmente y hacer de las energías renovables la nueva norma son las acciones más sólidas que podemos tomar. Cambiar a energías renovables no solo es necesario y posible, sino que también tiene sentido comercial”.

El informe de 2021 de REN21 afirmó que “Los gobiernos no sólo deben apoyar las energías renovables, sino también desmantelar rápidamente la capacidad de combustibles fósiles. Una buena forma de acelerar el desarrollo es hacer del consumo de energía renovable un indicador de rendimiento clave para cada actividad económica, cada presupuesto y cada compra pública”, concluyó.

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