Argentina va en la dirección opuesta al resto del mundo en términos de política energética y corre el riesgo de sufrir consecuencias económicas en el futuro, de acuerdo con lo señalado por Jimena Latorre, diputada por la provincia de Mendoza.

El Gobierno prepara un proyecto de ley con el fin de proporcionar incentivos, a través de beneficios fiscales, para lograr una mayor producción de hidrocarburos y enfocado en aumentar las exportaciones de petróleo de esquisto de la formación Vaca Muerta.

“Estamos hablando de cómo subsidiar la producción de la misma matriz energética. Estamos pensando en sostener los subsidios con los mismos criterios que venimos sosteniendo hace más de 40 años”, dijo la diputada Jimena Latorre, durante una conferencia organizada por el think tank local Instituto de la Energía General Mosconi.

En este contexto, la inversión en plantas de energía renovable se ha debilitado en medio de turbulencias económicas e incertidumbre política. A pesar de sus abundantes recursos eólicos y solares, Argentina también se ve a la zaga de sus vecinos en lo que respecta a la promoción del hidrógeno verde.

Latorre afirmó que Argentina debe equilibrar las áreas de sustentabilidad, cambio climático y energía. También destacó que el Congreso debe encabezar la creación de un plan energético nacional de largo plazo que trascienda los ciclos políticos. Esto, a su vez, debe utilizarse en la construcción de un plan económico, se dijo en la conferencia.

A nivel mundial, el financiamiento disponible estará dirigido a proyectos que cambien las matrices energéticas y la competitividad exportadora se vinculará a las emisiones de carbono asociadas en el proceso productivo, según Latorre.

“Estamos a contramano del mundo, y esto me preocupa porque realmente no vamos a poder tener un progreso económico si no estamos insertos en ese mundo”, manifestó la legisladora, que también es abogada especialista en energía y extitular del regulador mendocino de electricidad, EPRE.

“Va a ser muy difícil que comerciemos con países que sí van a hacer su esfuerzo en direccionar los recursos a reconvertir la matriz, pero que van a poner barreras arancelarias y restricciones de importación para que ningún país que no cumpla con los mismos estándares van a quedar fuera de este sistema”, agregó.

El mes pasado, la Comisión Europea propuso introducir gradualmente el primer gravamen fronterizo de carbono del mundo a partir de 2026, dirigido a las importaciones de acero, aluminio, cemento, fertilizantes y electricidad con alto contenido de carbono.

En una fase preliminar, de 2023 a 2025, los importadores deberían monitorear y reportar sus emisiones.

El Gobierno argentino anunció esta semana que los ministerios de Economía y Ambiente y Desarrollo Sostenible establecerán un grupo de trabajo permanente cuyo objetivo clave es diseñar una política energética estratégica. El ministro de Economía, Martín Guzmán, indicó que la probabilidad de impuestos al carbono sobre la producción en los próximos años debe abordarse para garantizar la competitividad de las exportaciones.

La capacidad total instalada de generación en Argentina ronda los 42,5GW. Las plantas a gas representan aproximadamente la mitad. Las hidroeléctricas, seguidas de las nucleares, las energías renovables no convencionales y las plantas diésel, dan cuenta del resto.

La generación termoeléctrica, renovable y nuclear ha tenido una tendencia al alza en medio de un deterioro de las condiciones hidrológicas que ha reducido la producción de las centrales hidroeléctricas. El vecino Brasil, que sufre mucho debido a su red dominada por la energía hidroeléctrica, ha tenido que impulsar la producción de plantas a combustible residual.