El beneficio de Repsol se reduce drásticamente entre enero y junio. Las ganancias de la petrolera española han caído un 44,1% en el primer semestre del año, pasando de 2.539 millones en 2022 a 1.420 millones a cierre de junio de 2023. La caída se dio en el segundo trimestre del año, ya que el beneficio se redujo un 73,1% hasta los 308 millones de euros, 700 menos que los 1.147 del mismo período del año pasado y que los 1.112 del trimestre anterior.
Según la firma española, el incremento de la producción, la eficiencia del negocio de refino y la mayor captación y fidelización de clientes, principalmente a través de la app Waylet, fueron los catalizadores de unos resultados que la petrolera califica como “sólidos”. La cotizada en el Ibex 35 destaca que estos resultados se han obtenido en un contexto de caída de los precios y de la demanda energética, al tiempo que se siguieron dando “pasos decisivos” en su transformación.
Repsol también ha destacado que debido a la “incertidumbre, inflación global y lenta recuperación de la economía china”, los precios de los productos energéticos se desplomaron respecto a 2022, cuando se produjo una “subida anómala” de las cotizaciones de las materias primas. Así, la compañía ha informado que entre enero y junio los márgenes de refino disminuyeron un 29%, los precios del crudo Brent descendieron un 26% y el referente estadounidense de gas, el Henry Hub, cayó un 54%.
Teniendo esto presente, no es de extrañar que algunas áreas de negocio de la empresa hayan logrado peores resultados entre enero y junio. En los casos de Exploración y Producción y Generación baja en Carbono, el resultado empeoró un 47,3% y un 41%, respectivamente. Por el contrario, el resultado del segmento Industrial se expandió un 13,7%, mientras que el área de Cliente se duplicó el resultado hasta los 322 millones de euros frente a los 152 millones del período anterior (+111,8%).
El EBITDA de la compañía se ha reducido un 46% en el semestre, hasta los 4.303 millones de euros frente a los 8.019 millones conseguidos entre enero y junio de 2022. Por su parte, la deuda también cayó drásticamente respecto al mismo período del año pasado: un 84%, hasta los 797 millones de euros. Respecto al trimestre anterior, la deuda de Repsol se ha reducido en 83 millones de euros.
El flujo de caja de las operaciones durante el segundo trimestre de 2023 fue de 1.695 millones de euros y de 3.522 millones de euros durante el primer semestre de 2023. Según la compañía, el “sólido” flujo de caja de las actividades operativas durante el trimestre “cubrió con creces inversiones, intereses y otros”. Además, el apalancamiento del grupo al cierre del segundo trimestre se situó en el 2,8% en comparación con el 3% del cierre del primer trimestre de 2023. La contribución fiscal se situó en 7.343 millones de euros en el primer semestre.
“Estamos obteniendo de forma constante resultados sólidos en entornos retadores, mientras seguimos transformando la compañía y construyendo una oferta multienergética única que facilita una transición justa a nuestros clientes”, señaló Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
De igual modo, la compañía ha anunciado que actualizará su Plan Estratégico durante el primer trimestre de 2024 “tras lograr todos los principales objetivos marcados en el plan dos años antes de lo previsto”. Así, explican, se focalizará en una estrategia “que permita alcanzar las cero emisiones netas en 2050, a la vez que se mejore la posición de valor de la compañía”.
La compañía también ha anunciado una reducción de capital adicional de 60 millones de acciones propias, cuya ejecución está prevista en 2023. Tras ella, el capital social de Repsol ascenderá a 1.217 millones de acciones. Para ello, la Sociedad ha puesto en marcha un programa de recompra por un máximo de 50 millones de acciones de Repsol que comienza este mismo jueves.