La fiscalía ordenó la prohibición de acercamiento, aunque aseguran que la incumplió para amenazar a otros posibles denunciantes. Tocamientos, insultos, comentarios sexuales y denigrantes son parte de los relatos.

Un funcionario provincial de Neuquén fue denunciado por abuso sexual, acoso y maltratos por parte de los empleados de la dependencia que dirige. También añadieron que los obligaba a darle un porcentaje del sueldo, que destinaba al funcionamiento de su partido. La fiscalía le ordenó la prohibición de acercamiento, mientras avanza la investigación.

El funcionario denunciado es Adrián Urrutia, quien negó todos los puntos por los que es acusado. Consideró que se trata de una campaña en su contra porque se estaba evaluando su postulación en algún cargo, en 2023.

Urrutia es subsecretario de Diversidad y fundador del Movimiento por la Igualdad, la Ciudadanía y la Justicia Social (MIC). Este espacio político se presentó en las últimas elecciones a concejales capitalinos como parte del frente «Neuquén Puede Más» que acompañó, como colectora, la candidatura a intendente de Mariano Gaido.

Urrutia, quien se define como peronista, tiene una larga trayectoria política que se vio reflejada en la «Mesa por la Igualdad». La agrupación fue el origen de la Dirección de Diversidad, en el primer gobierno de Omar Gutiérrez, y pasó en 2021 a ser Subsecretaría con la jerarquización del área y la creación del Ministerio de Mujeres y Diversidad, a cargo de María Eugenia Ferrareso. El mismo funcionario ha resaltado que ese paso del sector que dirige fue gracias al director del Copade y hermano del gobernador, Pablo Gutiérrez Colantuono, a quien ha caracterizado como su referente.

Según las personas denunciantes, este posicionamiento político es el que utilizaba para amedrentarlos y afirmar que era su decisión quiénes quedarían en planta permanente. Por eso, aseguran que muchos de los empleados no se animan a hacer presentaciones oficiales por miedo a perder su trabajo: «Adrián les lavó la cabeza de que él decide quién pasa a planta».

«¿Qué, me vas a denunciar?»

RÍO NEGRO tuvo acceso a las presentaciones de tres denunciantes, tanto en fiscalía, comisaría, como el área de Recursos Humanos del ministerio. Se tiene conocimiento de, al menos, una denuncia más.

Uno de los denunciantes contó que los tocamientos eran habituales, particularmente de la cola, y que también le apoyaba los genitales. La respuesta que recibía cuando rechazaba tales situaciones era: «¿Qué, me vas a denunciar?».

Indicó que los hechos se repetían desde el 2016, pero recién pudo hacer la denuncia la semana pasada. Primero fue al juzgado laboral, pero en este lugar le hicieron ver que lo que había sufrido era abuso y le recomendaron ir a la fiscalía.

«Era información que me faltaba, de alguna forma pensaba que le pasaba solo a las mujeres», reflexionó. Fue por esto que decidió contarle sobre su denuncia a un excompañero de trabajo, que también habría sufrido abuso, y quien se animó a presentarse en la comisaría.

Relató que, el año pasado, Urrutia lo encerró en una oficina y le tocó sus genitales. Esto le impidió regresar a su trabajo. Estuvo un mes con licencia psicológica y presentó los certificados para comprobarlo. Finalmente, renunció y perdió su fuente de ingresos.

Urrutia explicó que, de su parte, se pueden haber mal interpretado situaciones de chistes que son «muy comunes en el ambiente LGBT, acá, en Buenos Aires y en San Martín de los Andes».

Otro de los denunciantes describió situaciones sistemáticas de maltrato en el ámbito laboral, con comentarios denigrantes y acciones directas sobre su puesto de trabajo.

El trabajo para su partido

Según los denunciantes, el funcionario creó un clima de miedo y sumisión dentro de la subsecretaría. A la vez, los forzaba a trabajar para el MIC.

Señalaron que estaban obligados a darle el 1% de sus salarios para el funcionamiento del partido.

Según Urrutia, está «determinado en la carta orgánica» que quienes ingresan a trabajar al Estado deben darle un aporte al partido por el que entraron, pero negó rotundamente que sea algo que él exigía obligatoriamente. Agregó que, por su parte, «hace años que aporta al MPN».

Los denunciantes dijeron que también tenían que trabajar para el espacio político, por ejemplo, en el comedor, y a militar en las actividades. «Se ensañaba» con quienes no cumplían con esto o simpatizaban con otras fuerzas, aseguraron.

Afirmaron, también, que había destinado una oficina de la subsecretaría como sede del MIC y que al lugar iban a trabajar personas que no pertenecían no solo al organismo, sino a la administración pública en general.

Los denunciantes agregaron que les quitaba elementos de trabajo, violentaba sus cajones para ver el contenido y no les daba la vianda porque les decía que las llevaba al comedor del MIC y ellos tenían «sueldo, se pueden comprar algo».

El funcionario respondió que esto era falso y que los alimentos del comedor son entregados por Desarrollo Social cada 15 días.

— Fuente: Diario Río Negro