El astronauta de la NASA Frank Rubio y dos cosmonautas rusos se desacoplaron de la Estación Espacial Internacional y regresaron a la Tierra la madrugada del miércoles, aterrizando en la estepa de Kazajstán para cerrar una inesperada estadía de un año en el espacio, el vuelo más largo en la historia espacial de Estados Unidos.

El módulo de descenso de la nave Soyuz MS-23 se desacopló de la EEI y aterrizó en las estepas de Kazajistán. La tripulación que incluye a los cosmonautas de Roscosmos Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin, y al astronauta de la NASA Frank Rubio permaneció en el espacio 371 días, lo que constituye la misión más larga en la EEI.

A las 7.55 (GMT) la Soyuz MS-23 se desacopló de la Estación Espacial Internacional (EEI) y pocas horas después inició su salida de la órbita.

A continuación, Soyuz MS-23 se separó en compartimentos y, unos minutos antes del aterrizaje, el paracaídas principal se abrió sobre el vehículo de descenso con la tripulación. La nave se aterrizó a 148 kilómetros al sureste de la ciudad kazaja de Dzhezkazgan a las 11:17 (GMT).

Al aterrizar al sureste de la ciudad de Zhezkazgan (centro) el equipo, los servicios de rescate evacuaron la tripulación.
Prokópiev cumplió su segundo vuelo espacial, mientras que Petelin y Rubio trabajaron en la órbita por primera vez.
Prokópiev, Petelin y Rubio fueron transportados a la EEI en la nave espacial rusa Soyuz MS-22. El 21 de septiembre de 2022, la nave se acopló a la Estación Espacial Internacional.

El 15 de diciembre del mismo año, el sistema de refrigeración de la Soyuz se despresurizó tras el impacto de un micrometeorito. La tripulación tuvo que permanecer otros seis meses en la EEI debido a los riesgos. Los especialistas decidieron que era peligroso devolver a los cosmonautas en esa nave y por eso la nave Soyuz MS-23 fue enviada en sustitución de la nave dañada.