El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ampliado las medidas de represalia contra el límite de precios de su petróleo impuesto por los países occidentales hasta finales de junio de 2024.

A finales de enero, el gobierno ruso prohibió a los exportadores nacionales de petróleo y a los organismos aduaneros adherirse a los límites de precios impuestos por Occidente al crudo ruso.

La medida se emitió para ayudar a hacer cumplir el decreto de Putin del 27 de diciembre de 2022 que prohibía el suministro de petróleo crudo y productos petroleros a partir del 1 de febrero, durante cinco meses, a las naciones que respeten los límites. Luego se amplió hasta finales de 2023.

El límite de precios, que no se había visto ni siquiera en los tiempos de la Guerra Fría entre Occidente y la Unión Soviética, tiene como objetivo paralizar los esfuerzos militares de Moscú en Ucrania, sin alterar los mercados bloqueando realmente el suministro ruso.

Según el límite, los comerciantes de petróleo que quieran conservar el acceso a la financiación occidental para aspectos tan cruciales del transporte marítimo mundial como los seguros deben prometer no pagar más de 60 dólares por barril de petróleo ruso transportado por vía marítima.

Los funcionarios rusos han dicho repetidamente que casi todo el petróleo ruso se vende por encima del límite máximo.

Rusia es el segundo mayor exportador de petróleo del mundo después de Arabia Saudita y cualquier interrupción real de sus ventas tendría consecuencias de gran alcance para el suministro mundial de energía.