La Comisión Europea celebró que la multinacional Amazon haya renunciado a comprar iRobot, fabricante del robot aspiradora Roomba, una operación sobre la que tenía abierta una investigación ante la posibilidad de que elevase los precios y redujese la calidad de las aspiradoras inteligentes.
En un comunicado, la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager, explicó que, según las conclusiones preliminares de su departamento, la transacción “habría permitido a Amazon excluir a los rivales de iRobot restringiendo o degradando su acceso a tiendas de Amazon”.
Por ejemplo, Amazon podría haber sacado de las listas de sus tiendas las aspiradoras inteligentes de sus competidores o reducir su visibilidad en la página web, haber limitado el uso de ciertas herramientas o haber elevado el precio que cobra a los rivales de iRobot por vender sus productos en la tienda virtual de la multinacional.
Los servicios de Competencia de la Comisión también creen en general que la compra del fabricante de Roomba habría incentivado a Amazon a excluir a sus competidores porque “habría sido rentable económicamente hacerlo”.
“Todas estas estrategias podrían haber restringido la competencia en el mercado de robots aspiradora provocando mayores precios, menor calidad y menos innovación para los consumidores”, explica la comisaria danesa, quien precisa que sus equipos han estado a lo largo de esta investigación en contacto con las autoridades estadounidenses de competencia.
El fabricante de Roomba había anunciado antes del comunicado de la Comisión Europea que la transacción no iba a ser aprobada por Bruselas, por lo que ambas compañías renunciaban a su acuerdo, valorado en 1.700 millones de dólares (unos 1.558 millones de euros).
“La adquisición de iRobot propuesta por Amazon no va a desembocar en la aprobación regulatoria en la Unión Europea, lo que impide que Amazon e iRobot avancen juntos, una pérdida para los consumidores, la competencia y la innovación”, indicó en un comunicado.
iRobot, además, anunció hoy que despedirá al 31 % de sus empleados, unas 350 personas, y que su presidente y director ejecutivo, Colin Angle, dimitirá con efecto inmediato.