Se acortaron los plazos para que las tres provincias que conforman la Región del Litio (Salta, Jujuy y Catamarca) definan cómo aplicarán una mayor carga impositiva a las mineras a medida que aumente el valor internacional del producto base para la fabricación de baterías.
El esquema del que se habla desde principios de año, deberá estar listo para el 30 de octubre, que fue la principal definición a la que llegaron los gobernadores de los distritos donde se desarrollan proyectos de litio, quienes se reunieron el jueves pasado.
La tarea no será nada fácil por la volatilidad del precio de referencia de la tonelada de carbonato de litio grado batería. Ese producto no se considera un commodity, porque su composición varía de acuerdo a las exigencias de cada fábrica de baterías, por lo que no se puede fijar un valor unificado.
Para tener una referencia de la fluctuación de precios, se puede citar lo que ocurrió en agosto, cuando el carbonato de litio en Asia (China, Japón y Corea del Sur son los principales productores de batería del mundo) promedió los US$ 34.199 por tonelada, marcando una caída del 13,6% con respecto a julio y del 53,2% en relación a agosto de 2022. El pico de precio ocurrió en diciembre pasado, con cerca de US$ 81.000 la tonelada.
Los especialistas de este sector advirtieron que la demanda de carbonato de litio para la fabricación de baterías se encuentra en caída, por una menor demanda de vehículos eléctricos.
“La puesta en marcha de nuevos proyectos para la producción de este metal, con capacidad de ampliar la oferta limitada que posee el litio a mediados de 2023, seguirá siendo un factor de moderación de los precios para los próximos trimestres”, indicaron en un reciente informe de la Secretaría de Minería de Nación.
En tanto, por el lado de las empresas productoras de litio radicadas en la Puna norteña hay inquietud por la iniciativa de la Región del Litio. Si bien hasta ahora desde las mineras no se manifestaron en contra de lo que en la práctica sería un cambio en las tan ponderadas “reglas de juego”, es obvio que no les cae en gracia tener que ajustar sus balances económicos sobre la marcha.
En el caso de Salta todavía es más delicado, ya que aún no hay minas de litio en producción, sino que hay tres plantas que están en plena construcción, con previsiones para empezar a exportar entre 2024 y 2025.
Lo que ya está normatizado es la retención de una regalía provincial del 3% sobre el valor de “boca mina” del litio exportado. Para los distritos productores ese porcentaje queda corto, pero no por la falta de aportes de las empresas. Distintos estudios oficiales dan cuenta de que de cada 100 dólares de la renta de las mineras, 80 quedan en el país, la mayor parte en impuestos nacionales, que es a donde deberían apuntar los gobernadores: a exigir un verdadero federalismo en el reparto de las ganancias.