Tras el partido entre Brasil y Argentina por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, se conoció que en los próximos días la Comisión Disciplinaria de la FIFA abrirá una investigación sobre el violento accionar de la Policía Militar en las tribunas contra los hinchas argentinos.
La CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) deberá responder a un proceso de la Comisión Disciplinaria de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol) como responsable de la seguridad del estadio Maracaná, escenario del partido en el que Argentina venció a Brasil 1-0, el martes ( 21), en las eliminatorias para el Mundial de 2026, en un partido marcado por una pelea en las gradas antes del pitido inicial.
Así lo establece la más reciente edición del Código de Disciplina de la FIFA sobre las competiciones organizadas por la máxima entidad del fútbol mundial, publicada este año. Según el documento, la CBF, como asociada, es legalmente responsable del juego y de cualquier episodio dentro del estadio, incluidos los relacionados con cuestiones de seguridad.
La FIFA ha decidido que abrirá una investigación sobre los hechos de violencia ocurridos en las gradas.
Según el artículo 17 de la versión actual del Código Disciplinario de la FIFA, la CBF sería responsable de la seguridad del juego y, por tanto, es la única que puede ser sancionada por lo ocurrido.
“Los clubes y federaciones locales son responsables del orden y la seguridad en el estadio y sus alrededores antes, durante y después de los partidos. […] Son responsables de incidentes de cualquier tipo”, explica el artículo.
El documento enumera una serie de sanciones que pueden acabar aplicándose, entre ellas multas, jugar uno o más partidos sin público (o con público limitado); prohibición de enviar juegos a un determinado estadio; obligación de jugar en campo neutral o incluso deducción de puntos y expulsión de las competiciones.
En Instagram, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, escribió que “los jugadores, los aficionados, el personal y los directivos necesitan estar seguros y protegidos para jugar y disfrutar del fútbol” y también pidió que “las autoridades competentes garanticen que esto se respete en todos los niveles”.
En un comunicado difundido este miércoles (22), la CBF afirmó que toda la planificación del partido fue discutida y aprobada por los órganos de seguridad de Río de Janeiro.
Según la entidad, participaron representantes de diversos órganos de seguridad pública, como la Policía Militar de Río y la Sepol-RJ (Secretaría de Estado de la Policía Civil de Río). “Los planes de acción y de seguridad fueron aprobados sin reservas ni recomendaciones por parte de las autoridades presentes”, escribió la CBF.
La Policía Militar de Río de Janeiro emitió un comunicado aclarando que recién fue informada el jueves que los aficionados de los dos equipos compartirían gradas , en momentos en que las entradas ya estaban agotadas, imposibilitando corregir adecuadamente la situación.
“Las federaciones y los clubes que jueguen como locales serán responsables del orden y la seguridad en los estadios y en sus inmediaciones antes, durante y después de los partidos […] y se les podrán imponer medidas disciplinarias y directivas, salvo que puedan demostrar que no ha habido negligencia por su parte al organizar el partido”, se puede leer en dicho apartado.
El inicio del encuentro se retrasó casi 30 minutos debido a la violenta represión de la policía contra los aficionados argentinos en las gradas. O’Globo recordó un hecho similar que ocurrió hace dos años en un duelo clasificatorio para el Mundial de Qatar 2022 entre Polonia y Albania. Aquel enfrentamiento también se vio interrumpido durante media hora después de que los hinchas albaneses arrojaran objetos al terreno de juego. Al igual que lo que pasó con los jugadores argentinos, los polacos también se retiraron del campo y luego regresaron cuando la situación se normalizó: la FIFA castigó a la Federación Albanesa con un partido de local sin público y una multa económica de 170 mil dólares.