Vaca Muerta empujó las inversiones en Neuquén

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En este 2017, tras dos años de transición para el shale neuquino, se conocieron ocho nuevas inversiones por 4.479 millones de dólares. Seis de esos proyectos están orientados al gas y sólo uno se trata de un desarrollo masivo: Fortín de Piedra de Tecpetrol, la petrolera de Techint, que lanzó un mega desarrollo con un presupuesto de 2.300 millones de dólares.

El gobernador neuquino Omar Gutiérrez la llama la “segunda etapa” de Vaca Muerta. Los hidrocarburos no convencionales concentraron las mayores inversiones para la industria petrolera del país. El paquete de medidas oficiales tomadas por el gobierno de Mauricio Macri permitieron destrabar nuevos desembolsos, que se volcaron fundamentalmente a proyectos de gas, pero que de todos modos no alcanzaron para calmar las dudas del sector y lanzar una nueva reactivación.

El resto de las propuestas fueron anuncios de nuevos pilotos con solicitudes de concesiones no convencionales de 35 años. En la provincia hay 25 desarrollos no convencionales pero sólo tres están en etapa de desarrollo: Loma Campana y El Orejano de YPF y Fortín de Piedra de Tecpetrol.

APUESTAS
La segunda gran apuesta para el gas llegó con la división del bloque Aguada Pichada y la adhesión de Aguada de Castro. Allí Total, YPF, PAE y Wintershall desembolsarán 1.150 millones de dólares. Este acuerdo quedó condicionado a la inclusión en el denominado nuevo plan gas (la resolución 46 del Ministerio de Energía), algo que inicialmente no se pensó que pudiera tener contratiempos pero con el paso de los meses los interrogantes se extendieron entre las gerencias de las compañías.

El resto de los pilotos, más ajustados al nuevo modelo de Vaca Muerta, donde las apuestas iniciales son más acotadas, incluyen las áreas Bajo del Toro (Shell-YPF), Bandurria Sur (YPF-Schlumberger), Agua del Cajón (Capex), Centenario (Pluspetrol), Rincón del Mangrullo (YPF) y Los Toldos Sur 1 (Exxon).
En la denominada segunda etapa de Vaca Muerta, que en realidad incluye también al tight, los proyectos pilotos se mueven entre 100 y 300 millones de dólares. Los planes de perforación para esas propuestas tienen entre 7 y 30 pozos en un plazo de cinco años y proyectan una inversión total, en caso de pasar a desarrollo masivo, que en los 35 años de concesión oscila entre 7.000 y 10.000 millones de dólares.

PROYECTOS
Para el gobierno neuquino, antes de fin de año se conocerán nuevos anuncios. El plan que mantiene los subsidios al gas no convencional comienza a regir en 2018, por eso están confiados en que hay tiempo para esperar por nuevas apuestas.

Entre las firmas que analizaban nuevos proyectos de inversión se destaca Pampa Energía, la compañía que dirige Marcelo Mindlin, que presentó proyectos por otros 700 millones de dólares en dos pilotos no convencionales. Ambos están dentro de la provincia de Neuquén, pero las negociaciones se hacen por separado con las autoridades provinciales por un lado y con los municipios de Plaza Huincul y Cutral Có por el único yacimiento del país en manos municipales: El Mangrullo.
Según adelantaron desde la petrolera que se quedó con los activos de Petrobras, se trata de dos proyectos piloto (de shale y tight gas) en las áreas Sierra Chata y Parva Negra. Junto a Exxon proyectan un desembolso de 523 millones de dólares. En el caso de El Mangrullo, la apuesta también será gasífera y buscan llegar a Vaca Muerta con un desembolso de 200 millones de dólares.
Además del sendero de precios para el gas, que va desde 7,5 dólares en 2018 hasta 6 dólares en 2021, se sumaron dos medidas que fueron claves para destrabar las nuevas inversiones. La adenda firmada con los sindicatos petroleros que flexibilizó las condiciones laborales y la desregulación de los contratos para el transporte del gas.

COMPARACIÓN
Pese a que, a diferencia del resto de las cuencas, la Neuquina consiguió anuncios de inversión y pudo mantener cierta actividad, los números distan de la línea que trazó Nación para un desarrollo masivo de los no convencionales. Para el ejecutivo, los desembolsos en Vaca Muerta deben alcanzar los 10.000 millones de dólares anuales en un plazo sostenido de 10 años.

Suelen utilizar como comparación las decenas de miles de pozos perforados en Estados Unidos versus las casi 700 perforaciones no convencionales que recién anota la formación shale neuquina. Por eso aparece como un paredón de bloqueo porque para alcanzar las inversiones esperadas deben llegar los desarrollos en infraestructura y logística que la industria demandará para poner en marcha finalmente a Vaca Muerta.

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