Repsol decidió no desarrollar una terminal de gas natural licuado (GNL) en la costa este de Canadá porque enviar el gas a la terminal costaría demasiado.

La empresa española Repsol estudió el desarrollo de una terminal de exportación de GNL en Saint John, New Brunswick, para abastecer a los mercados europeos, como parte de un impulso global para asegurar suministros alternativos al gas ruso tras la invasión de Ucrania.

Pero para llegar a la terminal, el gas tendría que transportarse miles de kilómetros desde el oeste de Canadá, lo que requeriría una nueva capacidad de gasoducto a través de las provincias canadienses y los estados del noreste de EE. UU. que en el pasado se resistieron al desarrollo de combustibles fósiles.

“Tras un estudio realizado por la empresa, se determinó no continuar con el proyecto de licuefacción de Saint John ya que los peajes asociados al mismo lo hacían antieconómico”, dijo un vocero de Repsol en un comunicado.

El verano pasado, el presidente ejecutivo de Repsol, Josu Jon Imaz, indicó que la compañía necesitaría un comprador que se comprometiera con un acuerdo de suministro de gas de 15 a 20 años, así como una nueva infraestructura de gasoductos y acuerdos de peaje para llevar el gas a la costa atlántica.

Los países europeos se apresuraron a obtener nuevos suministros de gas el año pasado cuando los precios se dispararon tras la invasión rusa de Ucrania, lo que llevó al canciller alemán Olaf Scholz a visitar Canadá en agosto con la esperanza de que el sexto mayor productor del mundo pudiera acelerar las exportaciones a Europa.

A principios de 2022, el gobierno canadiense estaba en conversaciones con Repsol y la empresa privada Pieridae Energy sobre la posible aceleración de sus proyectos de GNL en la costa este, pero el apoyo de Ottawa pareció disminuir incluso antes de la visita de Scholz.

Un portavoz del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá dijo que Repsol informó al gobierno canadiense que no había ningún caso comercial para una terminal en la costa este.