El gasoducto GPNK implicará un ahorro de US$ 1.000 millones en el segundo semestre

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En un informe de CEPA, la entidad cuestionó que “de no haber sido postergada la licitación del Gasoducto durante la gestión de Mauricio Macri, Argentina hubiera atravesado en un escenario absolutamente diferente la crisis de los combustibles generada por la guerra Rusia-Ucrania en 2021”.

 

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) afirmó que el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, “permitirá ahorrar dólares por reducción de importaciones de Gas Natural Licuado (GNL)”, y estimó que “permitirá ahorrar US$ 1000 millones, en el segundo semestre del 2023”, frente a un escenario teórico sin gasoducto, y a precios actuales de importación.

“La estimación respecto del ahorro en dólares para el segundo semestre del 2023, según la fecha en que se puso en marcha esta obra, comparada con el mismo período del 2022, alcanzaría los 1.400 millones de dólares”, agregó el CEPA.

En un informe, la entidad cuestionó que “de no haber sido postergada la licitación del Gasoducto durante la gestión de Mauricio Macri, Argentina hubiera atravesado en un escenario absolutamente diferente la crisis de los combustibles generada por la guerra Rusia-Ucrania en 2021”.

En el marco de la inauguración del primer tramo del gasoducto, desde el CEPA destacaron la importancia de la obra y sostuvieron que “Argentina tiene, según el consumo actual, 150 años de gas garantizado, pero necesita resolver un problema central: su transporte y con la construcción del gasoducto, es posible sustituir importaciones de combustible alternativo (Fuel Oil y Gasoil) importado en los picos para la generación termoeléctrica; garantizar el abastecimiento de gas a industrias argentinas durante el invierno; continuar ampliando la conexión a gas por red al conjunto de usuarios que aún no tienen acceso (30% de los hogares); enfrentar la brusca caída de la producción de gas de la cuenca NOA y de nuestro proveedor principal, Bolivia; compensar el declino de la producción de petróleo convencional en el sur argentino; exportar a los países limítrofes aquellos remanentes de gas natural”.

Asimismo, afirmaron que “el gobierno de Mauricio Macri postergó la licitación en dos oportunidades, siendo el FMI un actor gravitante para limitar el avance de esta obra de infraestructura, exigiendo a la Argentina priorizar el ajuste fiscal”.

En esa línea, argumentaron que “de haberse concretado aquella obra, Argentina hubiera atravesado en un escenario absolutamente diferente la crisis de los combustibles generada por la guerra Rusia-Ucrania en 2021”.

“De hecho, el ministro de Economía Sergio Massa recordó que el gasoducto no se hizo en 2018 y nos costó USD 8.000 millones”.

Además, precisaron que “tras la pandemia por Covid-19, ya en el año 2021, se licitó la obra que comenzó a ejecutarse en 2022 y esta primera etapa se realizó en solo 10 meses. La celeridad lograda resulta de vital importancia porque permite el ahorro de parte del gas importado en la época de mayor consumo (junio a agosto) y contrasta con la inacción de la gestión anterior”.

Asimismo, resaltaron que se trata de una mega obra que abarca más de 500 km y en su primera etapa se extiende desde Tratayén (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires) y destacaron que “con respecto al gas no convencional, Argentina posee la segunda reserva más grande del mundo y del total nacional, el 40% se encuentra en Vaca Muerta”.

Además, “ya con la finalización del segundo tramo, se podría dejar de importar gas y combustibles alternativos (Gasoil y Fuel Oil) para la generación eléctrica, y ahorrar en un año completo, considerando la estacionalidad de las importaciones, entre USD 4 y 4,3 mil millones anuales, lo que equivale a la media de importaciones de los últimos 10 años, también es equivalente a 2/3 de las importaciones totales de un mes promedio y al 9% del préstamo a Fondo Monetario Internacional (FMI)”, concluyeron.

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