El gobierno del Reino Unido aseguró el lunes que emitiría “cientos” de nuevas licencias de petróleo y gas en el Mar del Norte para asegurar las reservas de energía sin dejar de apuntar a emisiones netas de carbono cero para 2050.
El anuncio enfureció a los grupos ambientalistas y se produce en medio de un debate interno dentro del gobernante partido Conservador sobre políticas verdes.
El principal opositor Partido Laborista declaró que no emitirá nuevas licencias de perforación en el Mar del Norte si recupera el poder en las elecciones generales previstas para el próximo año.
“La inversión en el Mar del Norte continuará desbloqueando nuevos proyectos, protegiendo empleos, reduciendo emisiones e impulsando la independencia energética del Reino Unido”, afirmó Downing Street en un comunicado.
La invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin en febrero del año pasado provocó un aumento global en los precios de la energía cuando las naciones occidentales impusieron sanciones contra Moscú, en particular sus enormes exportaciones de petróleo y gas.
En una visita a Escocia, el primer ministro británico, Rishi Sunak, señaló que la decisión de otorgar licencias era “totalmente consistente con la transición a cero neto”.
Agregó que incluso si Gran Bretaña alcanza el cero neto a mediados de siglo, alrededor de una cuarta parte de sus necesidades energéticas seguirán viniendo del petróleo y el gas.
“Entonces, lo importante es que obtengamos ese petróleo y gas de la mejor manera posible. Y eso significa obtenerlo aquí en casa mejor para nuestra seguridad energética, sin depender de dictadores extranjeros, mejor para empleos… pero también mejor para el clima”, sumó Sunak.
Un estudio publicado el lunes por la Autoridad de Transición del Mar del Norte (NSTA) dijo que la huella de carbono de la producción doméstica de gas en el Reino Unido era una cuarta parte de la huella del gas natural licuado importado.
“Traición al pueblo británico”
Pero el anuncio de la licencia provocó una reacción violenta de los grupos ambientalistas y Greenpeace lo calificó como un “intento deliberado de polarizar el debate climático en el Reino Unido y obtener puntos políticos baratos”.
Hugo Tagholm, director de Oceana UK, una organización de defensa de los océanos, dijo que la decisión era una “traición al pueblo británico” que mostraba “falta de consideración por el futuro de nuestros hijos y las generaciones venideras”.
También hoy el gobierno confirmó los planes para construir dos instalaciones de captura de carbono más a lo largo de la costa del Mar del Norte, en Acorn, en el noreste de Escocia, y en Viking, cerca de Humber, Inglaterra, además de dos que ya están en construcción.
Indicó que los cuatro grupos podrían respaldar hasta 50,000 empleos para 2030.
El gigante energético Shell, que participa en uno de los proyectos de captura de carbono, lo aclamó como una “parte central de los planes para descarbonizar las operaciones del Mar del Norte”.
Sin embargo, la tecnología ha sido criticada por algunos expertos en clima, quienes dicen que corre el riesgo de distraer los esfuerzos para eliminar los hidrocarburos.