Según autoridades citadas por medios locales, estas embarcaciones transportaban más de 1.500 millones de litros de crudo.
Según los informes, un total de 37 tripulantes fueron detenidos y los barcos fueron llevados al puerto de Mahshahr.
Los barcos se trasladaban bajo la bandera de Panamá y Tanzania, respectivamente y sus nombres comerciales eran Steve y Crown.
Después de varios incidentes, incluida la incautación de dos petroleros, a principios de año, Estados Unidos y el Reino Unido respondieron aumentando las patrullas y los esfuerzos de vigilancia en el Golfo Pérsico. Sin embargo, el comando militar conjunto repitió sus advertencias y advirtió a los barcos que se mantuvieran alejados de aguas iraníes.
En julio se incautó un buque cisterna para productos químicos bajo sospecha de contrabando de petróleo, apenas un día después de que Irán intentara detener dos buques cisterna en el Golfo de Omán.