Los principales candidatos finalizaron sus últimos actos y ahora esperan dos días sin grandes actividades. Sus cálculos para el domingo y las expectativas para lo que viene.

Los largos dos meses de campaña entre las PASO del 13 de agosto y las elecciones generales del 22 de octubre han llegado a su fin. Desde este viernes a las 8 de la mañana está prohibido todo acto proselitista. Será tiempo de descanso y reflexión para los distintos candidatos a presidente.

En ese quinteto hay tres que tienen chances concretas de, al menos, ingresar en un balotaje: Javier Milei (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y Sergio Massa (Unión por la Patria). Con sus fortalezas y debilidades, fueron los mas votados en las primarias y quedaron en un escenario de tercios, donde cualquiera de ellos puede salir primero o tercero con la misma facilidad.

Ya sin posibilidad de hacer campaña, cada candidato se recluirá entre los propios para afinar detalles de lo único que está bajo su control: qué decir en caso de ganar o perder, y diagramar estrategias en caso de pasar a una eventual segunda vuelta.

El clima en los tres espacios mayoritarios es que habrá balotaje y más allá de las preferencias de uno y otro, deberán estar preparados para afrontar la elección que les toque. Por este motivo, las próximas 48 horas serán escenario de reuniones varias, pero también de descanso y distensión, por la tensión acumulada en lo que en todos los casos fue una campaña extenuante.

En el entorno de Milei ven un balotaje con Massa. En ese sentido, se va a reunir el líder de La Libertad Avanza con Santiago Caputo, que es el asesor del candidato. Y por supuesto, también con su hermana, Karina, para revisar los discursos, en los distintos escenarios que puedan quedar según los resultados del domingo. Se reunirá con sus equipos de campaña.

También aprovechará a pasar tiempo con su pareja, la actriz y comediante Fátima Flórez. Desde que confirmó el romance, la flamante pareja del candidato ganó protagonismo en su vida pública, con últimas apariciones en entrevistas y programas de televisión. Incluso fue parte del cierre de campaña en el Movistar Arena.

Por el lado de Bullrich hay un optimismo moderado. En su entorno manejan encuestas que la mantienen competitiva y aseguran que darán pelea para meterse en una eventual segunda vuelta. En ese camino, este viernes se reunirá con sus equipos para realizar una suerte de balance de lo que fue la campaña en la sede del PRO, en la calle Balcarce. Luego está previsto un almuerzo con la mesa chica en la sede de campaña que tienen frente a la Plaza de Mayo.

La candidata de Juntos por el Cambio tenía previsto, como una suerte de arenga final, llamar personalmente para agradecerles a quienes encabezan las listas legislativas nacionales de Juntos por el Cambio en los 24 distritos electorales, a quienes competirán por el Ejecutivo en aquellos distritos en los que hay elección local el mismo día que la nacional (Buenos Aires, CABA, Entre Ríos y Catamarca) y a los principales dirigentes que la acompañaron en la campaña desde antes de las primarias de agosto.

Entre el viernes y el sábado, Bullrich también trabajará en la preparación del discurso (siempre previendo escenarios positivos como negativos) que dará en la sede de campaña en la que los principales referentes de la coalición opositora esperarán los resultados el domingo a la noche, en Parque Norte. El resto de la espera hasta la elección lo utilizará para descansar y pasar tiempo con su hijo y sus nietos.

En el caso del candidato de Unión por la Patria, hay un convencimiento total de que llegará a segunda vuelta. Incluso manejan encuestas que lo ubican en un empate técnico con Milei. Este tipo de datos serán los que conversarán en algunas de las reuniones previstas para el viernes, Sergio Massa y su equipo.

El sábado ya será un día más para desconectar del trajín de la campaña y refugiarse en su casa de Tigre con su familia. En varios momentos durante estos dos meses se lo notó sin voz o cansado, por lo que será el momento para bajar los niveles de estrés y prepararse para lo que esperan en su entorno, será la batalla final en noviembre.