Los familiares de los tres turistas uruguayos fallecidos en el alud de Villa Huinid en Bariloche, Río Negro,  llegaron a un acuerdo con la Defensa y la Fiscalía. Se dictó el sobreseimiento total para el empresario Claudio Roccatagliata y parcial para el arquitecto Carlos Arbetman, quien continuará bajo el proceso judicial.

El empresario local logró un acuerdo integral que puso fin al proceso penal en su contra. Aunque no trascendieron detalles, se trata de una compensación económica integral, que cerró definitivamente el proceso penal, que impulsaba la fiscal Betiana Cendón, y uno civil, que impulsaba la familia a través de un estudio de abogados en Buenos Aires, con representación local de Federico Lutz. Del acuerdo participó también la defensa de Roccatagliata, a cargo de Alejandra Autelitano y Pablo Calello.

Claudio Roccatagliata, propietario del complejo, y el arquitecto Carlos Arbetman estaban imputados por homicidio culposo. En la ocasión cerraron el caso contra el empresario. En el caso del arquitecto, el abogado Sebastián Arrondo, solicitó que se fije una nueva audiencia y señaló que se trabaja en un juicio de suspensión a prueba.

Una vez establecido este punto, el magistrado finalmente dictó el sobreseimiento total para Roccatagliata, quien presenció la audiencia, y “parcial” para el arquitecto Carlos Arbetman.

Los dos estaban imputados por el trágico suceso ocurrido el 6 de junio de 2022, que dejó como resultado el fallecimiento de Víctor Jesús Gonzalez Giovanelli, Alba de los Ángeles González y Gerardo Orlando Casella. Todo ocurrió cuando un alud de tierra impactó contra el hotel y provocó el colapso de las habitaciones donde se encontraban los turistas uruguayos.

La investigación, según narró Cendón, estaba lista para llegar a juicio, para demostrar que ambos actuaron con culpa, al ignorar las advertencias y montar una contención de gaviones para soportar un corte en el suelo motivado en obras que se estaban realizando cerca del establecimiento.

La audiencia se realizó vía Zoom y contó con la participación de cada uno de los herederos de los fallecidos, que prestaron conformidad para la solución final del caso.

No obstante manifestar su consentimiento, remarcaron que creían en la culpabilidad de los imputados y que necesitaban cerrar el asunto para proteger su salud mental, en tanto que aventuraron que los acusados cargarían con la culpa de por vida.

Alud en Bariloche

El 6 de junio de 2022 un alud de barrio inundó las dos habitaciones de los tres uruguayos fallecidos. Víctor González fue el primero en ser encontrado muerto en la habitación 105, y el 8 de junio fueron encontradas las otras dos personas fallecidas en la habitación 107. Las autopsias, detalló Cendón, indicaron que Víctor González falleció por una “hemorragia interna secundaria” que le provocaron las “contusiones pulmonares” y la fractura de varias costillas causadas por el derrumbe. Alba González y Casella, por otra parte, fallecieron producto de una “asfixia mecánica por compresión toráxica y secundaria por aplastamiento”, detalló la fiscal.

Una de las primeras teorías que surgió tras el accidente fue que la cantidad de lluvia –150 milímetros en las horas anteriores– produjo el derrumbe del muro de contención que protegía al hotel, y estaba entre este recinto y la construcción de un nuevo centro del complejo. Sin embargo, la fiscal detalló que un informe solicitado a la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas del gobierno argentino determinó que el día del alud el nivel de lluvia “era normal para esa época del año, por lo que muros de contención debían haber contenido” al alud.

Además, el 10 de junio se informó que la construcción del nuevo hotel que iba a estar encima del Bustillo tenía su permiso de construcción suspendido desde 2019, luego de que se comprobara que en los planos presentados al gobierno se trataba de una construcción de 950 metros cuadrados, pero se estaba construyendo un complejo de alrededor de 3.000 m2.

El muro de contención, de nueve metros de alto, tampoco tenía registrado sus planos ni estaba en los registros de obras de Bariloche. Ambas construcciones son identificadas como responsable.

Según Cendón, varios especialistas advirtieron a los responsables del hotel y la obra que el muro no podía ser “vertical” como fue construido, ya que “estaba destinado a tener una sentencia” por su falta de “aplastamiento de suelos” y “protección”. A esto se le suma que, con la necesidad de un estacionamiento para el nuevo hotel, se buscó construir un metro más de estacionamiento en el suelo superior, pero el terreno necesario estaba “mal aplastado”.

También afectó, según la fiscal, la falta de árboles en la zona que podrían haber ayudado a la contención, y que fueron retirados a pesar de las advertencias de especialistas, y la falta de drenajes de agua. En total se desplazaron 335 metros cúbicos de tierra hacia el interior del hotel, que corrió riesgo de desplazarse por completo, informó la fiscal del caso. Cendón acusó que las construcciones causantes del desastre fueron realizadas “sin tener en cuenta requerimientos básicos” y “sin conocimiento de defensas” necesarias para construcciones en este suelo.