“Acá el desafío pasa por invertir en neuronas. En la capacitación de la gente para que busque todas las posibilidades de mejorar la producción”. La tajante afirmación pertenece al geólogo Daniel Kokogian, miembro del directorio de YPF, quien lidera un Comité de Asesoramiento de Geociencias en la cúpula de la empresa, a su paso por Comodoro Rivadavia.
Idóneo vastamente reconocido en la industria, participó de las jornadas anuales del Instituto Argentino del Petróleo. En la práctica fue su conferencia inaugural, con el enérgico estilo coloquial que se le reconoce, un disparador fundamental para el encuentro de actualización. Allí, Kokogian brindó un panorama internacional, detallando ejemplos de Canadá; puntualizó la experiencia de Vaca Muerta, para entrar luego en la realidad de la cuenca del golfo San Jorge.
DESAFÍO
“Ahí está el desafío, porque no visualizo que el precio del petróleo vaya a subir dramáticamente como para mitigar los inconvenientes éstos que básicamente lo podemos sintetizar en que tengo que ganar plata por cada barril que pongo en superficie y vendo. Como eso no va a variar mucho, entonces habría que hacer un esfuerzo en el otro extremo de la cadena que es cómo hago para bajar mis costos operativos”, puntualizó el experto.
En este sentido, explicó que ello no descarta una serie de factores como impuestos provinciales, nacionales, mano de obra, servicios, implementación de técnicos eficientes, etc.
Pero, en lo que hace exclusivamente a los técnicos –dijo— “es donde se debe apuntar a ponderar la eficiencia. Hay un desafío para ingenieros, geólogos, geofísicos, de interpelarse a sí mismos y decirse: ¿estamos haciendo todo lo que podemos hacer para optimizar la explotación de nuestros yacimientos?, ¿no hay más nada que podamos hacer?, ¿no hay técnicas nuevas que podamos implementar?”
Eso es lo que puede hacer un técnico en el subsuelo, no puede definir lo que sucede en la superficie en donde juegan otros factores, pero sí es su responsabilidad asegurarse que está volcando los esfuerzos para la mayor eficiencia y hacer lo mejor que puede en su yacimiento”.
EXPERIENCIA
Kokogian, a poco de su paso por Comodoro en las Jornadas del IAPG, fue ratificado en el directorio de YPF luego de la partida del CEO Ricardo Darré; en la nueva gestión desde fines de agosto lidera un comité especial en Geociencias.
Dentro de sus expresiones sostuvo que “Argentina tendrá que convivir con un precio de alrededor de 50 dólares por barril en los próximos 2 o 3 años”, porque “si en los 90 se pudo sobrevivir con un precio de 9 dólares por barril, ¿por qué ahora no se puede con 50?”
Reconoció además que si bien las perspectivas de Vaca Muerta hoy son más prometedoras a partir de algunos resultados de pilotos, la cuenca San Jorge sigue explotando entre el 50% y 80% del flujo de caja de las operadoras que trabajan en ésta y otras cuencas del país. Por eso, rechazó que esta cuenca sea considerada como “inviable”.
“Argentina debe hacer un esfuerzo en petróleo, porque la caída de producción se ha acelerado y después la recuperación no es de la misma manera. En gas no deberíamos tener problemas, porque si hoy tenemos que importar ya no lo hacemos pagando 17 dólares por MBTU, sino alrededor de 6,5 dólares, lo que es mucho más razonable. Podemos importar por un tiempo, hasta lograr más competitividad y eficiencia y entonces ya no necesitaríamos la importación”, fue otro de sus conceptos.
NEURONAS
Admitió que aunque haya un contexto que lleva a pensar que la cuenca del golfo San Jorge es inviable, también es cierto que “si después de 100 años de explotación el factor de recuperación es del 12%, ¿hacemos secundaria o terciaria? Esto debería estar saturado de terciaria, hay proyectos exitosos, pero no son muchos: ¿qué nos bloquea?”, se preguntó.
Creo que es difícil que la cuenca recupere el nivel de producción que tuvo anteriormente, con recuperación primaria, pero la inversión o el esfuerzo que hay que hacer ahora es en neuronas: en capacitación, en gente, porque de lo contrario nos mordemos la cola. No somos los mejores del mundo, siempre hay gente que lo hará mejor y debemos mirar alrededor”, enfatizó.
Consideró además que los representantes gremiales deben ser partícipes de esa búsqueda de alternativas; pero aclaró de inmediato: “Yo me niego a discutir con el sindicato si a un equipo lo tengo que manejar con 3 o con 10 personas, porque entonces me está diciendo cómo tengo que buscar petróleo”.
“Si la cotización internacional del crudo sube a 60 dólares por barril, no salgamos de nuevo a destapar champán; no cometamos el mismo error”, recomendó finalmente.
PYMES
Kokogian consideró que sería erróneo apostar “todas las fichas” únicamente en Vaca Muerta y, hablando de la situación de yacimientos maduros, puso como ejemplo la experiencia canadiense:
“Ellos resolvieron de modo muy práctico; en los años 60 crearon una empresa estatal petrolera, una especie de YPF; al cabo de 10 años la desarmaron porque no dio resultados. Luego, una década después, reconvirtieron con 2.200 empresas operadoras pymes, con pozos de 6 barriles solamente, cada una con 10 o 15 pozos de muy bajo nivel de producción”, en la provincia de Alberta, que han dado resultado no sólo para la producción petrolera sino para generar un alto nivel de vida alrededor.
“También hicieron otro cambio: las regalías se cobran de acuerdo con la productividad de los pozos y los grados API (de densidad). Tampoco se los regalaron: en algunos proyectos se condonaron las regalías, pero luego de repagada la inversión se fijaron en el 35%, de manera incremental. No digo que se tenga que hacer exactamente lo mismo aquí: lo que tenemos que hacer es pensar salidas innovadoras”.
Finalmente, insistió en que no puede bajarse la persiana: “esta cuenca sobrevivió a 9 dólares por barril hace 20 años y hace 7 (en el año 2009) lo hizo con 30 dólares por barril. ¿Por qué ahora no puede sobrevivir con 50? Cada uno defiende lo ganado, pero el límite es el derecho sobre la nada. Si perdemos 10% de producción anual, ¿qué quieren repartir? Esto excede a lo geológico y (si no cambiamos) el bote se seguirá yendo para abajo”.