En Huincul inició la Épica Neuquina

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En Neuquén, el inicio de la búsqueda del oro negro data de 1908, cuando en la localidad de Covunco -a 50 kilómetros de Zapala- se perforaron cinco pozos sin éxito. Los intentos fallidos se repitieron en el decenio siguiente. Se perforaron pozos en la región de Cerro Lotena y en las zonas aledañas al ferrocarril Sur, siempre con magros resultados.

Recién en octubre de 1915, otra vez con la participación de una máquina Fauck con capacidad para perforar 500 metros, un equipo de técnicos conformado por alrededor de 30 reclusos de la cárcel de Neuquén, a quienes se recurrió por falta de mano de obra, comenzaron el montaje de una unidad de perforación.

Los trabajos de exploración llevaron alrededor de tres años hasta que en octubre de 1918, luego de 1.035 días que estuvieron signados por las duras condiciones laborales, en un clima inhóspito y en una zona desértica, se empezó a bombear petróleo. El descubrimiento de una nueva región petrolera en Plaza Huincul, Neuquén, contribuyó al optimismo sobre el potencial de los yacimientos argentinos. Los primeros pasos en la zona habían sido decepcionantes, pero en octubre de 1918 se produjo el descubrimiento oficial de petróleo en Huincul, a 609 metros de profundidad, más liviano que el petróleo de Comodoro.

La zona de reserva estatal, conocida luego como el “octógono fiscal”, ocupó una superficie de 7.853 hectáreas que fueron rápidamente rodeadas por permisos de cateo de los particulares.
Se abre así otro ciclo en la industria petrolífera argentina, que se diferencia del primero, el de Comodoro Rivadavia, ya que en el caso neuquino, existían evidencias de la existencia de “oro negro” desde las recorridas de Olascoaga a fines del siglo XIX y, posteriormente, elementales investigaciones en la zona de Covunco y cerro Lotena.

Por 1906 a 1908, Keidel anduvo auscultando la topografía neuquina por el norte, centro y oeste y en informe indicaría que “debían estudiarse el borde de la cordillera entre el río Diamante al norte y el río Neuquén al sur. La parte práctica está representada en esta región por el estudio de los yacimientos, allí existentes, de petróleo y de asfalto; también debía investigarse la región al sur del río Neuquén hasta el lago Nahuel Huapi”. Exploraciones y estudios en 1907/1908 le hicieron opinar: “Se sabe de numerosos manantiales de petróleo o alquitrán que acompañan el borde de la cordillera, desde el río Diamante hasta el río Limay…”. Al trabajo exploratorio oficial debía agregarse similar búsqueda por esos años de The Neuquén Oil Sindicate y la Sociedad Lannon, también por Covunco, pero sin resultados concretos.

Una amplia recorrida y exploración -que incluyó parte del Alto Valle rionegrino- estuvo a cargo del doctor en Geología Anselmo Windhausen, contratado por el gobierno nacional que concentró su labor en tierras neuquinas, con tres viajes entre 1912 y 1913 y adelantó un informe bastante favorable: “existen afloramientos de petróleo en la región de Plaza Huincul (Challacó) al norte del kilómetro 81 del ferrocarril, en donde han sido solicitados varios cateos. Es éste el yacimiento que sin duda presenta la situación más favorable desde el punto de vista económico”.

Otro viaje de Keidel a la zona (1913) acentuó el optimismo: “El ala oriental del geosinclinal andino que corre desde el sur de Mendoza hasta el río Limay, reúne perfectas condiciones geológicas para encerrar yacimientos petrolíferos, revelados en la superficie por algunas manifestaciones características (manantiales de petróleo, depósitos asfaltosos, etc.)”.

Indicó el lugar donde debía realizarse la primera perforación: “Un kilómetro al norte del kilómetro 1.297 del Ferrocarril Sur, línea Neuquén-Zapala”.

Arturo Coleman facilitó el transporte ferroviario de equipos destinados a los trabajos, destacándose la perforadora fabricada por Fauck, de Viena, a la que se llamó “Patria”, similar a la que se usó en Comodoro Rivadavia, pero en búsqueda de agua. El contacto fue con el ingeniero Enrique Pedro Cánepa, quien tendría a su cargo la perforación.
En noviembre de 1915 “comenzó el montaje de la máquina Patria”. Las primeras edificaciones se construyeron con piedra y el lugar pasó a llamarse “Campamento Plaza Huincul”.
La perforación no resultó fácil por las condiciones del terreno; demoraron más de dos años en terminar el pozo inicial, “hasta que el 26 de septiembre de 1918, a los 600 metros se notaron los primeros rastros de petróleo y el 30 del mismo mes se ‘cuchareó’ agua y petróleo”.
El 29 de octubre de 1918, entre los 603 y 606 metros de profundidad, de la “Patria” afloró solamente petróleo, sin agua.


En 1941, YPF descubre el yacimiento Challacó, ubicado a 25 kilómetros de Plaza Huincul, que da fin a una década del 30 caracterizada por una declinación pronunciada de la actividad. Luego aparecen Loma Negra (1941), Cerro Bandera (1952), El Sauce (1956) y Sierra Barrosa (1957), todos ellos ubicados a menos de 100 kilómetros del octógono fiscal.
En los años sesenta, se destacan los hallazgos de los yacimientos Centenario (1961), Las Chivas y El Salitral (1965); en tanto hacia fines de la década del 60 se produce el hallazgo de petróleo en el norte neuquino, en las proximidades de lo que hoy es Rincón de los Sauces, al descubrirse Puesto Hernández en 1967. Fue durante años el yacimiento de crudo más grande del país. También aparecen Lindero Atravesado (1961) y Río Neuquén (1971).
Un hito que cambió la matriz energética argentina es el descubrimiento del gigante gasífero de Loma La Lata, en 1977. A partir de ahí comienzan a desarrollarse una gran red de gasoductos troncales. El potencial de gas de esa zona es luego acompañado del hallazgo de otros campos ubicados en las cercanías, como Aguada Pichana (1980), Aguada San Roque (1986), Loma de las Yeguas (1986) y Sierra Chata (1993). A ellos se suman otros en Chihuido de la Sierra Negra-Lomitas (1988), que permitirán que se constituya en el yacimiento de mayor producción del país.

En los últimos años de la YPF estatal, se descubre El Portón en 1990 y El Trapial en 1991. Luego, en plena privatización, se hallan los últimos yacimientos importantes: Confluencia (1993) y Chihuido de la Salina (1995). Durante esta década Neuquén se transforma en la principal productora de crudo del país, y se construye el oleoducto trasandino, entre Puesto Hernández y el puerto de Concepción, en Chile.


En 2008, el gobierno de Jorge Sapag acuerda con YPF la prórroga por 10 años de las concesiones, convenio que sirve de base para la Ley 2615 de renegociaciones petroleras. Ya en diciembre de 2010, YPF anunció un hallazgo de tight gas que triplicaba sus reservas y estiraba de 6 a 16 años su horizonte de reservas, y en 2011, la empresa aún controlada por Repsol anunció el descubrimiento de 927 millones de barriles equivalentes de petróleo de hidrocarburos no convencionales en el área de Loma La Lata, e informó además que delineó una nueva área de 502 kilómetros cuadrados con potencialidad de recursos adicionales. Si bien se anunció como hallazgo, el potencial petrolero de la formación Vaca Muerta se conocía desde la época de la YPF estatal aunque no era posible su explotación por impedimentos tecnológicos. Esa formación es uno de los tres reservorios de hidrocarburos no convencionales más grandes del mundo y una de las causas de la estatización del 51% de las acciones de Repsol en YPF.

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